La lucha libre mexicana está de luto después del fallecimiento del legendario Rayo de Jalisco, uno de los máximos exponentes del deporte espectáculo, tanto en los cuadriláteros como en la cinematografía.
Maximino Linares debutó como luchador profesional a principios de la década de los cincuenta y junto a figuras como El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez y Cavernario Galindo, formó parte de la denominada ‘Época de Oro de la Lucha Libre Mexicana’.
En la agonía de su carrera luchística, perdió la máscara ante Blue Demon, el 30 de julio de 1989 en la Plaza de Toros Monumental de Monterrey.
Desde entonces, el encargado de continuar con el legado de dicha incógnita es su hijo, Rayo de Jalisco Jr., quien cuenta con más de 40 años de experiencia en los encordados.
La AAA, promotora de lucha libre dedicó un mensaje en su canal de Youtube: “Durante cuatro décadas, Max Linares maravilló a chicos y grandes con su técnica, habilidad y poderío en el encordado, sus impactantes topes en reserva se volvieron su firma y sello personal, con estos derrotó a numerables contrincantes y ganó campeonatos, cabelleras y más caras por igual”.