Pronta y contundente fue la respuesta emitida por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), luego de las declaraciones realizadas por el Sacerdote Alejandro Solalinde, quien afirmó a principios de esta semana, haber sostenido acercamientos con “bases de apoyo” del movimiento indígena, dispuestas a dialogar con Andrés Manuel López Obrador, al grado de afirmar que el EZLN “ya había aceptado” tener un primer encuentro con el virtual presidente de México.
Tras las declaraciones de Solalinde Guerra, la organización encapuchada lanzó -casi de forma inmediata-, un fuerte posicionamiento donde no solo negó tal discurso al afirmar que “el EZLN no ha recibido del señor Solalinde, nada más que mentiras, calumnias y comentarios racistas y machistas, al suponer él que, como se sostenía en la época del salinismo y el zedillismo, somos unos pobres indígenas ignorantes que somos manipulados por, usando sus mismas palabras, ‘caxlanes (mestizos) que administran el zapatismo’, y que eso evita que bajemos la vista y nos postremos ante quien el señor Solalinde considera el nuevo salvador”.
La distancia que el grupo Zapatista marcó de las declaraciones hechas por el ministro religioso no solo se quedaron allí, sino que se extendieron hacia la estructura del próximo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, de quien señalaron “todavía no es presidente electo”, para después rematar: “No es de nuestra incumbencia, pero mal hacen quienes se autodenominan ‘el cambio verdadero’, al arrancar con mentiras, calumnias y amenazas. Ya lo hicieron con lo del Papa, ahora con el EZLN. Están repitiendo los ‘usos y costumbres’ de quienes dicen haber quitado del poder”, haciendo referencia a las declaraciones del Vaticano, el cual descartó la participación del Papa Francisco en la estrategia de pacificación del país que pretende instaurar AMLO y al régimen saliente del PRI, respectivamente.
Tras el comunicado, Solalinde justificó diciendo que fueron ciertos sectores y “grupos interesados” dentro del Zapatismo, los que tuvieron un acercamiento con él y declaró que la invitación para entablar los diálogos fue a través de una supuesta carta realizada por el propio López Obrador: “Me habían pedido una carta, porque ustedes saben que nuestros hermanos de los pueblos originarios son muy materiales, son físicos. La palabra se la pueden pronunciar, pero son muy desconfiados. La carta, yo intenté hasta lo último por que llegara físicamente, pero no lo logramos”, afirmando que de parte de AMLO, la invitación está realizada, pero que de momento no habrá diálogo en vista de las palabras expresadas en el comunicado del movimiento indígena.
“Como quiera, no se agüiten”
Hay que señalar que éste es el segundo pronunciamiento por parte de la Comisión Sexta del EZLN que, en lo que va del mes, muestra un marcado tono de desaprobación hacia el gobierno entrante de López Obrador. El 4 de julio de 2018, los Zapatistas lanzaron un comunicado firmado por los subcomandantes insurgentes, Moisés y Galeano, que con un muy característico tono de sátira, mezclaban las coyunturas electorales y mundialistas para brindar una reflexión política que tuvo como conclusión, la siguiente postura: “nosotros, nosotras, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña ‘por el bien de todos, primero los huesos’. Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”.
No obstante, vale la pena remarcar que la separación del movimiento del sector obradorista tiene como lapso, una década de historia, pues el 6 de febrero de 2007 -en el contexto de la “guerra contra el narcotráfico”, encabezada por el entonces Presidente Felipe Calderón-, el entonces Subcomandante Marcos manifestaba en una carta que la cruzada para militarizar al país fue una iniciativa de campaña, acuñada en su momento por el candidato Andrés Manuel. En esa carta se denunció: “¿Es de izquierda un programa que es adoptado sin problemas por la derecha? Como que viene siendo una geometría imposible”. Asimismo, se pronosticó el panorama político para las elecciones presidenciales de 2012 y 2018, respectivamente: “Como quiera, no se agüiten. Por ahí, de 2011 se les va a olvidar todo. Van a volver a editar la historia…y van a volver a decir que AMLO (o Ebrard, porque cuando se juega la grande no hay lealtades, pregúntenle a Cuauhtémoc) es la alternativa “de izquierda”, y que quien lo critique es de derecha… hasta que sea candidato del PRD (o como se vaya a llamar el nuevo partido); se van a volver a empachar con los dulcecitos envueltos en encuestas; van a volver a entusiasmarse con los puestos y a argumentar que ‘es urgente detener a la derecha, lo otro vendrá después’. Se los van a volver a almorzar; van a volver a subir a templetes y a ‘orientar a las masas’. Van a volver a ver cómo se apaga todo. Luego van a regresar a la cruda y la desmemoria (‘es que hay que prepararse para 2018, mi buen’)”.