Durante años o décadas, Ricardo Castro Hinojosa ha vivido del cono de la abundancia gubernamental. Ha pasado de puesto en puesto, de cargo en cargo y de mano en mano, siempre a la sombra del partido en el poder y las amistades que le han dado cosecha. Actualmente disfruta de la administración del, a quien llama “amigo”, gobernador Francisco Arturo de Lamadrid. Ya recorrió todos los despachos de gobierno que cualquier panista sueña para aquello de la prosperidad: Jefe de la Aduana en Tecate, Oficial Mayor del Poder Judicial, en el Estado y municipio; y ahora se le puede encontrar en la Dirección del Registro Público de la Propiedad del Gobierno del Estado,
como director administrativo con un sueldo de 44 mil 782 pesos mensuales. Y en donde, por cierto, sus ausencias, viajes y lujos que presume en redes sociales y en revistas, han levantado serias incomodidades con los directivos y personal de la dependencia. Hace poco, posando para las cámaras en Rusia, por aquello de la pasión del Mundial. El privilegio de Ricardo Castro abarca hasta para su familia, tiene dos hermanos también incrustados en la nómina: Beatriz, en la misma dependencia que él, como “analista”, con un sueldo de 28 mil 500 pesos; y Carlos en la Secretaría de Infraestructura de Desarrollo Urbano, cobrando 30 mil pesos mensuales como “coordinador”. ¿Cuántos panistas así habrá en el obeso gobierno y sus nóminas infinitas? Para evitar el mal gusto, por el momento, es mejor no saberlo.
El bombero recorriendo el mundo: Venecia, París, Madrid… Carlos Gopar fue nombrado director de Bomberos en diciembre de 2013 al inicio de la administración del priista Jorge Astiazarán, y permaneció en el puesto ya entrado el gobierno de Juan Manuel Gastélum “El Patas”,
hasta que el martes 17 de abril de 2018 presentó “su renuncia”, aunque la gente cercana al alcalde gusta murmurar que le pidieron la renuncia por malos manejos. Al frente de la Dirección, Gopar cobraba 60 mil pesos mensuales. Perteneciente a una familia dedicada al mismo oficio, Gopar ingresó al Cuerpo de Bomberos de Tijuana en 1990. Dijo que su renuncia se debía a motivos personales y aunque anunció que continuaría dentro de la Dirección, adelantó que tomaría vacaciones antes de reintegrarse. Y lo cumplió. Ahora se exhibe en sus redes sociales, reposando sus exuberantes barbas en la Torre Eiffel y el Molino Rojo de París, Francia; paseando en una góndola por los canales de Venecia, Italia; visitando El Museo del Jamón y el estadio Santiago Bernabéu en Madrid y en otros destinos del primer mundo. ¡Buon viaggio!