“La cinefotografía como forma de expresión para contar historias” fue el tema de la clase magistral que ofreció Tonatiuh Martínez en la Sala Carlos Monsiváis como parte del tercer día de actividades de Foto Film Tijuana.
Recién ganador del Ariel por “Sueño en otro idioma” (Ernesto Contreras), y nominado anteriormente con “Las Oscuras Primaveras” y “Mexican Gangster”, Martínez partió de recordar que los inicios del cine con los hermanos Lumière fueron imágenes en movimiento que se convirtieron en las primeras secuencias.
“La historia del cine es muy vasta, pero lo importante es que el cinefotógrafo empezó a tener responsabilidad muy precisa de narrar con imágenes. Esto se ha ido haciendo más complejo, pero bueno, ¿qué es un director de fotografía? Básicamente es el profesional responsable de una película, esto suena muy amplio y lo es porque hay muchos factores que tienen que ver con eso. Es el que de alguna manera tiene la responsabilidad del look, de la personalidad visual, del cómo se ve esto que a veces vemos en una película sin saber porqué nos atrae, eso es justo la responsabilidad del cinematógrafo: el encuadre, la composición, la paleta de color, los movimientos de cámara, el tamaño de cuadro, etcétera”.
Argumentando que un buen cinefotógrafo es aquel que al hacer su trabajo le quita responsabilidades al director para que se pueda concentrar en su labor con los actores, quien también trabajó la fotografía de “La vida inmoral de la pareja ideal” (Manolo Caro), dijo que esa mancuerna creativa es la idónea para la realización de películas. Posteriormente pasó al subtema del arte y la técnica fotográfica, en el que expuso que para él lo más importante siempre será lo artístico: “Ciertamente hay una parte artística y una técnica. La parte técnica como quiera se tiene que aprender y enseñar pero para mí lo más importante es la otra cara de la moneda. Para hacer una película tú debes de tener un concepto en tu cabeza, un guión, una historia… A lo que voy es que ustedes pueden tener un mensaje pero el hecho de que lo elaboren en su cabeza ya lo hace especial y el hecho de que pase a través de sus filtros, de su sensibilidad, hace que por alguna razón la gente se conecte. El concepto es su línea a seguir, ya después viene la narrativa de qué van a contar, y después el cómo lo van a contar, que es la dramática. No se claven en la forma, díganme qué quieren transmitir”.
Utilizando de ejemplo el trabajo que hizo en “Sin muertos no hay carnaval”, “Mexican Gangster”, “Párpados Azules” y “Las Oscuras Primaveras”, por mencionar algunas de las que proyectó imágenes, Martínez señaló la importancia de que se trate seriamente el oficio del cinefotógrafo porque es un aliado en el proceso de contar historias.
Otros de los tópicos abordados fueron la elaboración de propuestas visuales, las premisas de las películas como referencia de partida para la fotografía y el uso de ésta en contra punto.