La medida del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles al acero y al aluminio a diversos países, incluido México, es temporal, consideró el analista Eduardo Reyes Díaz-Leal, quien previó que tal disposición se eliminará una vez que se efectúen las elecciones de noviembre en la Unión Americana.
Lo anterior, debido a que los aranceles del 25% al acero y 10% al aluminio impactarán a los consumidores y al sector productivo estadounidense, el cual migrará a México para fabricar mercancías que posteriormente exportará a Estados Unidos al estar gravada solo la materia prima y no los productos terminados.
“Entonces el mandatario estadounidense tendría que tomar la decisión de establecer el impuesto al producto terminado, generando contrabando, o quitarle el impuesto a la materia prima”, señaló el especialista en entrevista con NEGOCIOZ.
Para el socio de Grupo Bufete Internacional, los aranceles no incentivarán a la industria estadounidense, como pretende el Presidente Donald Trump, y tendrán un efecto contrario al abrir la posibilidad de que las compañías mexicanas adecuen procesos para elaborar productos de exportación.
No obstante, Reyes Díaz-Leal consideró poco factible que empresarios mexicanos puedan diversificar sus mercados, ya que México no ha desarrollado la habilidad de vender y no es un país exportador, si se considera que de las dos mil empresas que exportan alrededor del 80% son de origen estadounidense.
Además, el que Estados Unidos deje de comprar el acero a la Unión Europea, Canadá y China, implica que habrá una sobreabundancia de productos., dificultando que el acero mexicano se comercialice en esos mercados.
Ante integrantes de Incomex, el experto dictó la conferencia Trade Compliance, en la que resaltó la importancia de la cultura del cumplimiento, la manera en la que las empresas pueden invertir en esta y los beneficios que ello tiene, entre los cuales se encuentra una menor intromisión del gobierno en las compañías, mecanismos de facilitación para el cumplimiento de normas y dedicarse de lleno a hacer negocios.
Apuntó que “del padrón de 130 mil empresas en México, importadoras y exportadoras, alrededor de 2 mil están certificadas”. La cantidad es poca debido a que muchos de los embarques no son revisados.
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) maneja alrededor de 16 millones de pedimentos al año y tiene cerca de 10 mil personas en las aduanas, por lo que “es imposible que se revisen todos los embarques”, precisó.
No obstante que México revisa alrededor de 15% de las operaciones, cantidad superior a la de Canadá (1%), Estados Unidos (3%) y Alemania (3.5%), la mayor motivación para que más empresas cumplan con las reglas del Comercio Exterior radica en que poco a poco el sistema se ha ido internacionalizando, haciendo que los procesos se simplifiquen y se combata la corrupción.