En cuanto a las competencias deportivas por obtener la clasificación en alguno de los peldaños de honor, también existe entre nuestros gobernantes, pero no en el área de deportes, sino en su conducta, ya que al parecer existe la competencia haber cual es más corrupto, puesto que no termina uno de leer la nota, cuando ya están mencionando a otro. Actualmente existen alrededor de diez gobernadores que o están siendo investigados, han sido detenidos, están prófugos o ya de plano están siendo buscados por la Interpol. ¿Qué está pasando en nuestro querido ¡México lindo!? Esta situación no puede ser pasada por alto por los ciudadanos, se requiere de un profundo análisis por parte de los votantes para que mediante consenso y participación, se llegue a una solución a la problemática existente.
Cuando sale a la luz pública que un funcionario es indiciado por la comisión de algún supuesto delito (sobre todo de corrupción, que implica el mal manejo de los recursos públicos), los compañeros de partido inmediatamente salen a desmentir a los reporteros, argumentando una infinidad de disculpas, resaltando sus logros.
Los gobernadores “barredoras” al parecer ¡arrasan con todo! Desviación de recursos, concertaciones “en lo oscurito”, acuerdos comerciales que les dan la oportunidad de recibir “su tajada” (anteriormente era el famoso diezmo) y cuando se les cuestiona el porqué de sus disfrazadas acciones, solo contestan que es en beneficio de la comunidad, o bien, para componer las malas decisiones de quienes les antecedieron en el puesto.
Cuando el ciudadano común se atreve a pedirles cuentas, solo encuentra como respuesta, actitudes evasivas y/o puertas cerradas, especialmente cuando los ciudadanos, de manera individual al no ser atendidos en sus reclamos personales, optan por unirse en grupos, haciendo valer su derecho colectivo, realizando mitin de protesta; sin embargo, la respuesta sigue siendo la misma, pero ahora no solo son recibidos con puerta cerrada, sino enrejada y custodiada por elementos policiacos.
Se entiende que a nivel municipal exista la pequeña cámara, en este caso no es conformada por mini-diputados, sino por regidores, la cual se forma con ciudadanos que representan los diferentes distritos de la ciudad y que su principal función es la de equilibrar las decisiones del primer edil en beneficio de sus representados, cuando éste pida su voto para validar su decisión en algún cambio o implementación de ley.
Pero al momento de que estos elementos otorgan su voto (por lo que se comenta), lo están otorgando por conveniencia y no por equilibrar su razonamiento. O será que no saben a ciencia cierta cuáles son sus funciones (porque es posible), ya que hay algunos que están ocupando un puesto público, no por sus conocimientos, ni por su preparación académica y mucho menos por su experiencia laboral en las actividades que les ocupa, sino por la amistad que tienen con algún funcionario o por ser hijo de alguien que está bien parado con el gobierno. Ojalá y no se les ocurra crear el elemento “plurinominal”, ¡sería el colmo! En fin, será mejor no darles ideas.
Recapitulando el tema, considero como ciudadano, que es necesario que los grupos civiles, los colegios de las diferentes profesiones, los empresarios y en general todo gobernado, tomemos cartas en este asunto de la corrupción, porque es de todos sabido que no solamente sucede en las altas esferas gubernamentales, sino en todos los niveles del sistema de la administración de pública.
Atentamente,
Alfredo Flores Zamora
Correo: ocrete54@hotmail.com
Tijuana, B.C.