Juan Manuel Gastélum, el alcalde de Tijuana, andaba muy orondo en la gira presidencial que Enrique Peña Nieto realizó por Baja California hace unos días. Sentadito en las filas de los funcionarios e invitados especiales, el presidente municipal aplicaba aquella de que calladito se ve más… hasta que se le apersonó Gerardo Ruíz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes del Gobierno de la República. Se le puso enfrente y le espetó, palabras más, palabras menos: “¿Qué pasó con el sistema de transporte?”. Ruiz se refería al SITT, iniciado en la anterior administración del doctor Jorge Astiazarán, precisamente con recursos federales, siendo uno de los pocos compromisos que Peña firmó con esta región. Se sabe de cierto en la ciudad que el Sistema Integral de Transporte de Tijuana está casi casi desmantelado. Entre la apatía panista para dar continuidad a un proyecto de la anterior administración, y la transa con la empresa que desde hace muchos meses debió encargarse de la cobranza electrónica (propiedad del padre del priista Chris López-, ciertamente el SITT está más que abandonado. Y en tal condición, el recurso federal para avanzarlo no aterriza ante la falta de eficiencia y claridad de las acciones del gobierno de Gastélum, quien dicen los testigos, se sacó de onda cuando Ruíz Esparza le reclamó.
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