Esta secuela de “Los Increíbles” da lo mejor con el personaje más pequeño de todos, el bebé Jack-Jack, quien empieza a manifestar sus poderes justo cuando Helen (Holly Hunter), la mamá, es contratada por un ricachón llamado Winston Deavor (Bob Odenkirk) para mostrarle al mundo lo que Elastigirl es capaz de hacer en su lucha por colocar el bien por encima del mal. En el proceso, la heroína, que empieza solo queriendo reivindicar el nombre de la familia, termina enfrentando a otro villano de nombre Screenslaver.
Pero esa es una de dos subtramas de esta divertidísima cinta que al mismo tiempo concentra toda la atención en el Sr. Increíble – o bien, “Bob”- que se queda en casa mientras su mujer ocupa los reflectores, y desde ahí trata de poner orden en la familia, pero apenas logra entorpecer las tareas escolares de Dash (Huck Milner), mientras que Violet (Sarah Vowell) enfrenta problemas de amor por primera vez.
Esta parte de la cinta es simplemente entretenida y llena de un sentido del humor tan ingenioso que llama más la atención que las aventuras de Elastigirl y Frozone (Samuel L. Jackson), sobre todo porque el más chico de este clan de superhéroes de Disney no puede controlar los poderes que apenas manifiesta y que son tan diversos como impredecibles, lo cual da oportunidad de escribir todo tipo de percances.
Con un espléndido trabajo de animación al puro estilo Pixar, y anécdotas refrescantes que se hilvanan bien en la historia, bajo la dirección del también guionista Brad Bird -creador de “Los Increíbles”- y la memorable música de Michael Giacchino, el resultado es un largometraje perfecto para pasar un buen rato en el cine, comiendo palomitas, inmerso en lo que se narra en pantalla, sin más pendiente que la próxima travesura espontánea de Jack-Jack. ****
Punto final.- ¿Qué tal los avances de “Dumbo” de carne y hueso?