Poeta no certificado por el Estado
Poeta no certificado por antología oficial
Ni por ejecutivos culturales del Estado
Ni por certamen o juego floral
(Manuel Luna)
He recibido la carta del Comité Coordinador de Contenidos de la 36 Feria del Libro de Tijuana, a través de la editora Ana Chig de Nódulo Ediciones, y está firmada por la coordinadora de contenidos Yvonne V. Arballo, donde se niega la presentación de mi libro de poesía: “Poemas Testigos”.
En ésta se lee, y cito literalmente el veredicto: “Tijuana, B. C., a lunes 16 de abril de 2018. Estimado Manuel Luna: El Comité de Contenidos de la 36a. Feria del Libro Tijuana agradece su interés en enriquecer el programa literario de la FLT del presente año con la presentación de la obra ‘Poemas Testigos’. Sin embargo, le comunicamos que debido a la gran demanda de solicitudes de presentación y al dictamen emitido por el comité dictaminador, se otorgó una resolución no favorable para la presentación de la obra propuesta”.
A propósito de este veredicto, doy una recomendación para futuras convocatorias: que aclaren a los editores cuáles son los criterios formales con los que van a calificar la obra para participar en esta feria, porque la resolución expuesta en esa carta es inconsistente, dudosa y podría ser amañado por juicios irresponsables.
Cuando este comité apunta que por “demandas de solicitudes”, imagino una carrera hípica en donde, quien entra primero al corral, es el que queda -disculpen el símil-; y la otra, ese “dictamen emitido por los jueces” no aclara qué juicios literarios contribuyeron para descartar la obra del escritor. Esto seguirá igual de confuso y siempre se pensará que esto se hace a “ojo de buen cubero”. Espero que hayan anotado el detrimento que posee mi poesía, si es que hicieron alguna lectura formal de las obras rechazadas. Estaré en espera y veré las acotaciones y el rostro de los dictaminadores.
Sé muy bien que no soy un poeta laureado ni de las grandes ligas editoriales de Hiperión, o Tusquets o Visor, ni premio “Aguas Calientes”; soy un poeta menor y marginal, que tiene en sus anaqueles, folios y folios intrascendentes de poesía y un par de libracos que circulan por ahí.
Este dictamen emitido por los jueces se puede tomar como “segregación racial” o como “segregación literaria”, ya que la temática de mi libro antológico es una obra testimonial de los años cruentos de la guerra civil de mi país El Salvador, y son textos que han sido publicados desde 1980 hasta la fecha, en diferentes medios especializados en literatura, así como en editoriales universitarias de Estados Unidos y otros medios impresos de México y en mi país de origen. Sería engorroso citar estos medios uno por uno, hecho que corrobora la calidad de los textos -pienso-.
Además, esta antología está prologada por la escritora Francesca Gargallo, escritora, maestra y doctora en Estudios Latinoamericanos por la UNAM, conocedora de mi trabajo desde mi llegada a este país (1980) y este libro iba a ser presentado por el actual Cónsul General de mi país en México: José Antonio Domínguez. Y si el problema era costear su viaje desde la Ciudad de México, hubiesen dado otra opción y la editora lo habría resuelto.
No quiero ahondar en más juicios subjetivos, provocados por la falta de comunicación de un “Comité” que necesita ordenarse, así como esclarecer sus juicios literarios y ser puntuales en sus fallos para no provocar dudas ni confusión por sus dictámenes que fomentan a falta de veracidad por sus criterios de dictaminadores. Por lo tanto, espero tomen en cuenta mi recomendación.
Gracias por su tiempo y disculpen a este “Pobrecito poeta que era yo”, como dijo nuestro poeta salvadoreño Pedro Geoffroy Rivas.
Manuel Luna.
Escritor de poesía y maestro de literatura.