Resulta que ahora los canes
reciben más canonjías,
gozan de más garantías,
tienen vida de sultanes.
¡Ay de aquel que les moleste
su sueño reparador!
Agrede al provocador
niño, viejo o adolescente,
y el perro, amo y señor,
arremeten al docente.
Alberto Torres B.
Tijuana, B.C.