Los pasados días 17 y 18 de mayo, el gobierno de Estados Unidos se reunió con autoridades del gobierno mexicano, para negociar la posibilidad de generar un acuerdo para que México se convierta en una especie de centro de detención migratorio y de proceso que se encargue de los migrantes que lleguen con la intención de buscar asilo en el país vecino, reunión y negociación que el gobierno ha negado categóricamente.
De acuerdo con información de Proceso, las reuniones se llevaron a cabo en el Salón del Tratado del Ronald Reagan Building, en Washington, según lo confirma un documento oficial en poder de dicho semanario, en donde se abordó el documento titulado: “Estados Unidos-México, tercer país seguro, reuniones técnicas y legales” que incluye nueve puntos enfocados a las relaciones bilaterales entre ambos países.
En dicha información se mencionó que incluso el gobierno estadounidense aprovechó para “instruir a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano sobre los reglamentos y procedimientos para instrumentar las leyes migratorias de Estados Unidos en México”.
The New York Times informó que uno de los nueve puntos es el acuerdo conocido como de “tercer país seguro“, el cual Estados Unidos también tiene con Canadá, permitiría a los funcionarios fronterizos de Estados Unidos “rechazar a la mayoría de los solicitantes de asilo que cruzan México para llegar a Estados Unidos, lo que los obligaría a pedir refugio al gobierno mexicano”.
Acciones con las que reducirían significativamente el flujo de personas que buscan asilo y protección estadounidense, lo cual también provocaría que “la responsabilidad” sobre las personas migrantes solicitantes de asilo recayera en México”.
Situación que activistas rechazaron señalando que México no está preparado para un acuerdo que implica esa responsabilidad, además que “sus fuerzas de seguridad son débiles y su sistema judicial es incapaz de ofrecer protección adecuada para migrantes en tránsito o que buscan quedarse”, según informó ese diario.
Hasta este día, autoridades mexicanas han negado categóricamente dichas reuniones y ningún funcionario ha salido a expresar sobre dichas negociaciones, las cuales en el diario estadunidense ven como difíciles debido a que el programa de asilo en México está saturado y, sobre todo, porque el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que representa el presidente Enrique Peña Nieto, cuyo candidato se ubica en el tercer lugar de las encuestas de intención de voto, “no desea mostrar que otorga ninguna concesión al gobierno de Trump”.
