El primero de mayo, Juanita Pérez Floriano, candidata al Senado de la República, iba junto a sus compañeros priistas a la cabeza de un contingente de la CTM, el sindicato obrero del tricolor, en el clásico desfile del Día del Trabajo que recorre las calles de la Zona Río y concluye en el Palacio Municipal de Tijuana.
Ahí, caminando, franqueada por los Eligio Valencia (padre e hijo), dio un paso en falso y Juanita azotó en el suelo. Como pudieron, algunos acomedidos jalaron su brazo para incorporarla. El accidente de Juanita no fue poca cosa, ese día terminó en el hospital, con una lesión que amerita cirugía y la colocación de una placa metálica en su muñeca izquierda y otras lesiones menos graves en mano derecha y pie.
La abanderada del PRI al Senado tiene inmovilizados los dos brazos y por lo pronto, su suplente Claudia González de Moreno atenderá la agenda de campaña. Pero hasta ahí, Juanita no piensa retirarse de la contienda ni dejarle el lugar a la esposa del ex alcalde de Tecate, César Moreno, no vaya a ser que en una de esas y gane la candidatura.