Para el juez Fidel García Villanueva, el resultado negativo de la prueba de rodizonato de sodio realizada a Guillermo Anguiano Ayón, José Guadalupe Anguiano Ayón y Manuel Alejandro Ramos Santana no fue suficiente como dato de prueba que eximiera a estos de su probable participación en los hechos en los que Héctor Ricardo Botello Hernández muriera y Julián Gerardo Botello Hernández resultara lesionado a causa de lesiones por arma de fuego, el 11 de abril pasado, en la colonia Jardines del Rubí, por lo que el juzgador dictó auto de vinculación a proceso a los tres imputados.
Las declaraciones del testigo presencial y víctima, Julián Gerardo, y de un testigo ocular, Sergio Nevárez, así como el Informe Policial Homologado y las diligencias de ministeriales en la escena del crimen, de inspección de dos vehículos, del arma de fuego y el dictamen de balística, son indicios razonables de la probable participación de los imputados en el hecho considerado como delito, determinó García Villanueva en la audiencia celebrada el jueves 19 de abril.
En una sesión que se retrasó por dos horas y se extendió por ocho más, los tres imputados realizaron su declaración, que se habían reservado hasta entonces, en la que presumieron inocencia de los delitos de homicidio calificado con ventaja y homicidio calificado con ventaja en grado de tentativa por los que fueron detenidos la semana pasada.
Los imputados alegaron que el miércoles 11 de abril, se encontraban en el lugar de los hechos porque, tras esperar una calle atrás del bulevar Fundadores, por 20 minutos a una persona que había solicitado un presupuesto del negocio de remodelaciones de Guillermo, decidieron irse y llegar a un establecimiento Oxxo cercano para comprar botanas. Aseguran que como no había estacionamiento libre, dieron vuelta en U, se detuvieron cruzando la calle y solo José Guadalupe bajó para dirigirse a la tienda. Señalan que apenas había dado dos pasos cuando escucharon disparos de armas de fuego, por lo que este regresó al vehículo, comentaron el hecho y se alejaron del lugar para protegerse. En el bulevar Fundadores, Guillermo, quien conducía la camioneta, vio por el espejo retrovisor a un hombre vestido de negro que le apuntaba desde otro vehículo con un arma larga, por lo que, “asustado”, aceleró la marcha por la avenida Brasil de la colonia Cacho y cruzó el bulevar Agua Caliente, bajó a la calle Once y de ahí, al bulevar Sánchez Taboada, pero al llegar a la altura de la Torre Urban, unidades de la policía municipal le cerraron el paso, por lo que se detuvieron. Bajaron de la unidad y fueron aprehendidos por múltiples agentes por causas que ellos desconocían.
Tras la declaración de sus defendidos, el abogado ofreció los testimonios de los testigos presencial y ocular y de los seis agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) que participaron como primeros respondientes de los tres distintos momentos en que se registró el hecho y realizaron el Informe Policial Homologado (IPH); sin embargo, los agentes Jimmy Grimaldo Castrejón y Enrique Manuel Álvarez García, quienes detuvieron a los hoy imputados, así como los dos testigos no acudieron a la audiencia.
Los hechos
Según consta en el IPH, alrededor de las 20:30 horas de la noche del 11 de abril, Julián Gerardo Botello Hernández estaba con su hermano Héctor Ricardo Botello Hernández y un amigo de este, apodado El Gordo o El Jamón, a bordo de un sedán Nissan 2008 color blanco estacionado en el Oxxo Miraflores, mientras esperaban a un amigo de su hermano. A los 20 minutos, llega la persona que esperaban, se ubica en el asiento del copiloto y apuntándoles con una pistola negra con carro o corredera dorada, les preguntaba dónde estaba una mercancía y un vehículo propiedad de él.
De acuerdo la declaración del Julián Gerardo referida por el agente del MP, el hombre recién llegado se refería a un vehículo KIA, color vino, que su hermano usaba como conductor de Uber. Héctor Ricardo le habría entregado a su amigo el automóvil alrededor de las 18:00 horas, pero este le pidió que lo cargara con gasolina y lo llevara a determinado lugar de Otay Mesa, en San Diego, California, donde lo debería entregar a una persona. Según el hombre sin identificar, Héctor Ricardo había entregado a una persona equivocada el automóvil, el cual en su interior llevaba droga propiedad de él, por lo que les exigía que le dijeran dónde estaba.
Ante la falta de respuesta, el hombre amenazó a Julián Gerardo con llevárselo para “sacarle la verdad” y este al temer por su vida, salió del vehículo y en su huida fue lesionado por impacto de bala y escuchó varias detonaciones más. Se refugió en una casa donde pidió ayuda a sus habitantes y llamó a la línea de emergencias 911 para pedir ayuda. Apoyado por otras personas fue llevado a la Clínica 20 para su atención médica, donde no lo recibieron por no ser derechohabiente y, finalmente, se fue a la Cruz Roja.
La central de radio del a policía replicó un reporte de presencia de un hombre herido en el Oxxo Miraflores y esta fue respondida por los oficiales Bryan Oregel Enríquez y Gabriela Díaz Ramos. Los dos agentes arribaron a aproximadamente las 9:06 de la noche y constataron que había una persona con heridas de bala y solicitaron una ambulancia. Una persona de nombre Sergio Nevárez que se encontraba en el lugar dijo haber sido testigo de los hechos. En entrevista con la oficial Díaz, el hombre narró que alrededor de las 9:00 de la noche, cuando estaba dentro de su casa, escuchó detonaciones y al salir a ver de qué se trataba vio en el estacionamiento del Oxxo a un hombre robusto y chaparrito que caminaba hacia una camioneta blanca mientras se fajaba una pistola en el cinto del pantalón y sonreía. Éste subió al vehículo doble cabina, con redilas y un letrero que dice “Ayón”, estacionado enfrente de la calle, en el que estaban dos tripulantes más, y luego se marcharon.
El agente Oregel alertó del hecho y características del vehículo por el radio. Los agentes Jimmy y Álvarez realizaban un recorrido por la colonia Obrera, cuando escucharon el reporte y vieron pasar a una camioneta como la descrita, por lo que iniciaron la persecución en el bulevar Fundadores y con apoyo de otras unidades la finalizaron en el bulevar Sánchez Taboada, con la detención de los fugitivos a las 9:17 pm.
En tanto, los agentes Rodrigo Murrieta Parra y Sergio Romero Alamilla respondieron al reporte de que señalaba la presencia de otro herido de bala, el cual había sido hecho por Julián Gerardo, pero en el lugar señalado les notificaron que este ya había ido a recibir atención a la Clínica 20. En camino hacia allá, les notificaron por radio que el lesionado se había dirigido ahora la Cruz Roja de la Central Camionera hacia donde se dirigieron. Tras ser atendido, los oficiales le realizaron a Julián Gerardo la entrevista correspondiente y en ella se dieron cuenta de que formaba parte del mismo hecho reportado por radio registrado en Jardines del Rubí, por lo que minutos más tarde, junto con sus otros compañeros, realizaron el Informe Policiaco Homologado (IPH).
Desahogo de pruebas
Como parte del desahogo de pruebas, la defensa presentó una videograbación de una cámara de seguridad de un establecimiento localizado en el lugar donde se realizó la detención. Según el video, la detención ocurrió a las 8:55 pm y no las 9:17 pm, y en ella participaron al menos 15 agentes, no solo dos, como señalaron los agentes Jimmy y Grimaldo en su parte del IPH.
Eso, sumado a varios detalles que señalaron los policías en la audiencia pero omitieron en sus actas de entrevistas adjuntas al IPH, fueron usados por el abogado para solicitar al juez desestimar la validez jurídica de dicho documento.
El abogado también señaló que la prueba del rodizonato de sodio aplicada a los tres imputados tuvo resultados negativos y reclamó que el agente del Ministerio Público no lo haya destacado en la audiencia, con lo que consideraba violaba el principio de presunción de inocencia. En ese sentido, la fiscalía argumentó que actualmente hay armas de fuego que al detonarlas no dejan rastros de plomo o bario, indicios que darían positivo a la prueba de rodizonato.
Por su parte, la fiscalía presentó además del IPH y las declaraciones de los testigos, las actas de la inspección del vehículo Nissan blanco, en donde se asienta la presencia de cuatro casquillos percutidos 9mm; así como la de la camioneta Chevrolet blanca en que presuntamente huyeron los imputados, donde localizaron el arma con el que habrían disparado y los dictámenes de balística comparada, elementos con los que solicitó la vinculación a proceso de los tres imputados.
Tras su análisis, el juzgador rechazó la petición de invalidación del IPH porque consideró que la congruencia de las versiones establecidas por los primeros respondientes son suficientes para acreditarlos como indicios en la fase inicial del proceso.
Sobre los resultados de la prueba de rodizonato, el juez apuntó que el solo resultado negativo referido no alcanzaba para destruir la teoría que señala a los imputados como probables responsables en coautoría de la comisión del delito de homicidio.
Con todo ello, el juez consideró que hay elementos de prueba suficientes para la etapa inicial del proceso, que acreditan la probable participación en modalidad de coautoría y autoría indeterminada de Guillermo Anguiano Ayón, José Guadalupe Anguiano Ayón y Manuel Alejandro Ramos Santana, en el homicidio calificado con ventaja y homicidio calificado con ventaja en grado de tentativa en agravio de Héctor Ricardo Botello Hernández muriera y Julián Gerardo Botello Hernández, respectivamente, por lo que dictó el auto vinculación a proceso y prisión preventiva como medida cautelar a los tres imputados, y otorgó un plazo de cuatro meses a la fiscalía para realizar la investigación complementaria.