El primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, será, mañana miércoles, el casi seguro sucesor de Raúl Modesto Castro Ruz, de 86 años de edad, actual gobernante de la isla caribeña.
Según medios internacionales, el que funge como primer vicepresidente cubano desde febrero de 2013, ha hecho una carrera política de funcionario leal y eficiente. “El compañero Díaz-Canel no es un novato ni un improvisado”, afirmó Raúl Castro cuando lo designó.
El hermano mayor de Fidel Castro, quien gobernó Cuba de 1959 al 2008, anunció entonces que su mandato terminaría en 2018 y que no optaría a la reelección. A partir de mañana miércoles, por primera vez desde el 1 de enero de 1959, la Revolución cubana tendrá un líder que no participó en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista Zaldívar.
Nacido el 20 de abril de 1960 en la provincia central de Villa Clara, Díaz-Canel, de 57 años de edad, es un ingeniero que pasó por todos los niveles de dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC), del que Raúl Castro se mantendrá como primer secretario, por lo menos hasta el 2021.
Díaz-Canel fungió como jefe del Partido Comunista cubano en dos de las provincias más importantes de Cuba. Primero en su natal Villa Clara, donde defendió proyectos como “El Mejunje”, un bar que fue el epicentro del movimiento Lésbico Gay Transexual Bisexual (LGTB) de la isla.
Después, el ahora vicepresidente dirigió la oriental provincia de Holguín, donde nacieron Fidel y Raúl Castro. “En ambos sitios, los lugareños le recuerdan por su estilo desenfadado, vestido con viejas camisetas con la imagen del guerrillero Ernesto ‘Che’ Guevara o moviéndose en bicicleta por la ciudad”, narró la agencia alemana dpa.
En el 2009, Raúl Castro lo nombró ministro de Educación Superior y en 2013 vicepresidente primero, convirtiéndo a Díaz-Canel en el político cubano nacido después del triunfo de la Revolución, con el más alto rango dentro del Gobierno.
Como vicepresidente, su presencia a nivel internacional se reforzó participando en tomas de posesión presidenciales, recibiendo a personalidades en La Habana o visitando Rusia y Venezuela, grandes aliados políticos y económicos de La Habana, indicó la agencia alemana.
En sus viajes al exterior con frecuencia se le ha visto acompañado de su segunda esposa, Lis Cuesta, algo a lo que no estaban acostumbrados los cubanos, porque en la isla no existe oficialmente la figura de primera dama.
“Hay sorpresas siempre, así que, sorpresa, ya veremos”, afirmó Mariela Castro Espín, hija de Raúl Castro, durante una rueda de prensa efectuada en mayo de 2017, cuando se le preguntó quién sería el futuro presidente.
La elección de Díaz-Canel significa una transición generacional dentro de la Revolución cubana, que también vio como posibles sucesores de la Castro a los cancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque, así como al vicepresidente Carlos Lage.
En agosto de 2017, se filtró un video donde Díaz-Canel aparecía en una reunión acusando a varias embajadas acreditadas en La Habana, de participar en actividades de “subversión” y al medio estadounidense OnCuba, acreditado legalmente, de ejercer la “guerra cultural”, por lo que lo “iba a cerrar”, lo que finalmente no hizo.
Estas declaraciones se contradecían con las que había formulado en mayo de 2013, en un congreso sobre educación, cuando aseguró que “con el desarrollo de la informática y de Internet, prohibir algo es casi una quimera imposible, no tiene sentido”.
