Las Trece Colonias se desarrollaron rápidamente y entonces intentaron independizarse de Inglaterra, aprovechando los directores de esta insurrección la coyuntura que se les daba o se les presentaba para declararse en rebeldía contra el gobierno inglés, llegándose a pagar el timbre que había decretado para los colonos. Con el fin de obtener ese triunfo, contaron con la influencia de los masones y liberales de Europa, cerca de sus gobiernos, así como Francia y España que apoyaron la independencia porque hábilmente se explotó de estos gobiernos contra Inglaterra.
Consumada la independencia, se les dio a las colonias el pacto federal mediante el cual, todas se unieron bajo una alianza, sometiéndose todas a una ley constitucional.
El judaísmo que no podía desarrollarse en ningún país, ya que los judíos carecían de patria y los liberales de naturaleza cosmopolita no podían por su calidad de rebeldes asociarse a ningún gobierno, lograron en la América del Norte establecer un poder propio; y el 17 de septiembre de 1787 proclamó el Congreso Constituyente de los Estados Unidos, dos obras memorables en los anales políticos de todo el mundo. Una constitución masónica que debía ser más tarde, el código universal de todas las naciones y una nueva forma de gobierno en consonancia con aquella constitución, la cual es la República democrática, federativa, representativa y popular; esa constitución se expidió dos años antes de la Revolución Francesa que la adoptó como su ley fundamental con el nombre de Declaración de los Derechos del Hombre.
(Narrativa tomada de un libro de Gibaja y Patrón).
Atentamente,
Vicente Martínez Méndez
Tijuana, B.C.