Sublime estampa de aquella educadora,
tierna niñez de mis recuerdos.
Generación tras generación,
cuánto has enseñado profesora.
Palpable historia es el maestro,
misión divina, bendita suerte.
Y a una distancia de muchos años,
yo en especial, este día 16 de mayo,
mi apoyo, respeto y cariño
al profesor.
Sin mucha comunicación verbal,
estas dos personalidades
rivalizan sin querer,
jerárquicamente.
El sacerdote y el maestro
de la mano van cumpliendo
con esa inconmensurable
misión divina.
Bendita suerte de todo aquel
que aprendiendo,
goza enseñando.
Bendita Escuela Francisco Zarco,
Bendita Escuela Luis Donaldo Colosio M.,
Lomas Taurinas.
José Palma Herrera
Tijuana, B.C.