En medio de una crisis de credibilidad, la edición del evento anual de Televisa se realizó por primera vez fuera de la Ciudad de México, en el estadio de futbol de Tijuana, recinto que no llenó ni la mitad de su capacidad. Había más gente de staff, coordinadores y voluntarios que público de la entidad
Por momentos se tornó tedioso, el ambiente solo se vivía cuando los artistas salían al escenario, pero cuando estos dejaban el entablado, la espera para ver a otro cantante en escena era larga. Obvio, el objetivo era contar las historias de vida de los niños en rehabilitación, lo que motivó largos lapsos de espera.
En el escenario, Marco Antonio Regil fue el encargado de amenizar el día. El tijuanense jamás perdió el ánimo y motivaba a la gente para seguir donando, mientas observaba desde el entablado la poca gente que había en el lugar.
En las pantallas, se proyectaban avances en la rehabilitación de los niños de los diferentes Centros de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) que hay en el país, mientras la incesante frase “México está de pie, hay que apoyar”, fue la premisa a lo largo de la jornada.
Sin embargo, el cierre del Teletón 2018 no fue lo que se esperaba, al menos en lo que a gente se refiere, pues el estadio de futbol del equipo local, lució todo el tiempo a menos de la mitad de su capacidad, solo en el centro del campo la gente se aglomeró, pero en lo que respecta a las gradas, el público fue poco.
Con un costo de 50 pesos la entrada (como donativo para la causa), se informó que se vendieron 20 mil boletos, pero lo cierto es que el sábado 24 de marzo no hubo ni la mitad de esa cantidad en el cierre del Teletón que se realizó por primera vez fuera de la Ciudad de México.
“Muy pobre Teletón”, se escuchó entre los asistentes, “A ver si más tarde, cuando vengan los artistas grandes esto se llena” dijo otro, pero transcurrían las horas y eso nunca sucedió. Había más gente de staff, coordinadores y voluntarios, que tijuanenses unidos por la causa o apoyando, dejando en evidencia que no les interesa participar en un proyecto que después de 20 años de su creación, ha dejado de tener credibilidad y el apoyo de la gente.
Aun cuando el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, y el gobernador del Estado de Baja California, Francisco Vega de Lamadrid -con sus respectivas esposas- expresaran a nivel nacional que aquello era un éxito y que los tijuanenses son gente generosa, “lo que pasa es que vinieron a la mejor ciudad de México, Tijuana”, externó Gastélum respecto a que el cierre del Teletón haya sido en la localidad.
“Básicamente agradecer al Teletón la oportunidad que tiene de tenerlos aquí en Tijuana, en una sinergia de trabajo con ‘Kiko’ y Brenda y María Dolores, que hemos tratado de hacer un trabajo en beneficio para los niños, la problemática que se vive todos amigos y amigas, sabemos que es muy fuerte, pero también sabemos que el espíritu de Tijuana, el amor que le tenemos a esta tierra, nos hace apoyar al Teletón tremendamente, con esfuerzos diarios, como lo hacen los ciudadanos de Tijuana”.
Sin embargo, la realidad es que, más que estar ahí para aportar, la población acudió para ver las actuaciones de Carlos Rivera, Emmanuel y Mijares, Jesús Navarro, de Reik, los integrantes del concepto Únete a la Fiesta y Jesse & Joy, pues en cuanto estos terminaron su participación, el lugar comenzó a vaciarse; al punto que al cierre del evento solo quedó un centenar de gente que vitoreó haber alcanzado la meta (aunque el tiempo lo tuvieron que alargar porque a la medianoche del domingo 25 de marzo, no habían llegado a la cifra deseada).
Fernando Landeros, director del Teletón, expresó a ZETA que el motivo por el que el cierre se realizó en Tijuana fue porque el Gobierno del Estado siempre ha sido generoso con la institución, es el único que mantendrá por 10 años el CRIT de Baja California, cuya cantidad es de 420 millones de pesos (42 millones de pesos por año a partir de 2016).
No solo eso, desde el inicio de la administración de Vega de Lamadrid, su esposa Brenda Ruacho se ocupó en forma total como presidenta del Sistema DIF Estatal, de la causa del CRIT de Baja California. Mediante eventos del gobierno, así como de aportaciones de la iniciativa privada y ciudadanos, logró los 242 millones de pesos requeridos para la edificación del centro de rehabilitación que en promedio da servicio a mil menores de edad al año; atención que representa el 1 por ciento de los pacientes con discapacidad motriz en la entidad.
“La experiencia que hemos tenido aquí en el Estado ha sido extraordinaria. Tenemos nuestro CRIT aquí en Tijuana y nos hemos sentido muy respaldados por el Gobierno del Estado, que ha sido un amigo solidario de este proyecto desde que empezamos; y por otro lado estamos mandando un mensaje a los dos países, a México y Estados Unidos, de que es muy importante la inclusión, los puentes y la dignidad de las personas”, indicó Landeros.
Y resaltó, ningún otro Estado de la República apoya con donativos como Baja California, “te diría que lo que ha pasado aquí es ejemplar, ojalá que todos los estados tuvieran este compromiso”.
Sobre lo difícil que ha sido en los últimos años que la gente done y enfrentar las críticas del dinero que recaudan y cómo son utilizados los recursos, Fernando aclaró: “Los CRIT viven de los donativos de la gente, siempre hemos hecho esfuerzos muy grandes por lograr que esos recursos se estiren lo más posible. El año antepasado tuvimos que hacer un recorte de personal, turnos en la tarde que por supuesto no lo hubiéramos querido hacer, pero este proyecto llega hasta donde lo quiera el amor de este país”.
Amor que tuvo que extenderse hasta la 1:30 am del domingo 25 de marzo para poder anunciar que habían llegado a la meta: 364 millones 097 mil 181 pesos, para que los 22 CRIT, el Hospital Infantil de Oncología y el Centro de Autismo a nivel nacional sigan operando, beneficiando a más de 25 mil niños y jóvenes menores de 18 años de edad.