Una cena de “procuración de fondos” fue el evento que le organizaron allegados tijuanenses a la candidata Margarita Zavala, el pasado martes 13 de marzo, en un conocido restaurante de la Zona Río, con la finalidad de que siga financiando su campaña en ese camino hacia la presidencia de la República.
En entrevista con ZETA, Zavala detalló que, como mucha gente lo sabe, ella decidió renunciar al financiamiento público por un tema de “congruencia con los valores y las convicciones” personales que mantiene, incluso con lo que ha aprendido en todo su andar dentro de la política.
Resaltó que está convencida que lo mejor de una campaña es cuando las aportaciones se hacen por la convicción libre y voluntaria de los propios ciudadanos, y en ese sentido, así compensa totalmente las “de por sí inequitativas condiciones democráticas” que se están dando en la contienda.
La candidata resaltó que este evento fue un esfuerzo de las personas que la apoyan aquí en Tijuana y en general, Baja California; por lo que agradeció el gesto y la posibilidad de poder compartir con ellos su propuesta, sobre todo porque con esto se compromete aún más con su convicción, debido a que ésta es “una vinculación directa” de los propios ciudadanos.
Pese a que se viene ya la contienda final en las elecciones, Margarita manifestó que esta etapa en la que se encuentran ahora, no deja de ser “buena” porque a ella le permite decir que “es la etapa en la que me tienen los ciudadanos, la voluntad de ellos, en cambio a otros los tienen los intereses de los partidos”.
Aunado a que éste es también un momento para decirle al país que hay otra forma de hacer política, con valores, honestidad, respeto y solidaridad, y que México no tiene por qué escoger al menos corrupto o al menos malo.
La visita de Margarita Zavala a la ciudad coincidió con el día en que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, visitó la zona colindante con Tijuana, en donde se encuentran los ocho prototipos del muro que pretende construir; sobre su criterio al respecto de esta situación, destacó que desde luego, el muro “no va a ser pagado por los mexicanos” y que de nada servirán estos porque las relaciones bilaterales se tendrán a pesar de ello.
Sin embargo, argumentó que sin duda esto también significa un reto en México para fortalecer de otra manera las relaciones bilaterales con Estados Unidos, es decir, que significa hablar más con alcaldes, gobernadores, congresistas y con empresas, para que al mismo tiempo “vayan escogiendo si quieren ser nuestros amigos o no, porque a nadie en el mundo le conviene llevarse mal con su vecino”.
