Pese a que los perros son considerados para muchos “el mejor amigo del hombre” y suelen convertirse en parte de la familia cuando tienen un dueño y un hogar, muchos otros caninos no corren con la misma suerte.
Ante ello, la seguridad y salud pública son los principales conceptos que preocupan a la ciudadanía cuando de perros callejeros se trata.
Fue en el mes de julio de 2017 que se tuvo conocimiento del ataque de una jauría de perros a una mujer que se tomaba el tiempo de ir a caminar por las mañanas en uno de los bulevares más conocidos en la ciudad de La Paz, el Bulevar Pino Payas. De acuerdo a la versión de un testigo, caminaba por el bulevar cuando escuchó gritos de auxilio, compartió para ZETA de manera anónima.
“Eran apenas las ocho de la mañana y yo caminaba como todos los días por el bulevar, pero de repente escuché algunos gritos de ayuda y me asomé; entonces vi que una señora era atacado por todos los perros. Me acerqué ayudarla, quería espantarlos, pero por desgracia también me lastimaron a mí. Finalmente llamamos al 911 y aún recuerdo, mientras hacía la llamada, otro chavo iba corriendo y también fue atacado por esos perros”, dijo el joven que escuchó las llamadas de auxilio.
Asimismo, esta semana circuló en redes sociales un video donde nuevamente los perros hicieron de las suyas, esta vez atacaron a dos jóvenes que también se disponían a pasar por el sitio para tomar el transporte público.
Los hechos han sido suscitados en diferentes ocasiones en un negocio de “segunda”, ubicado en medio de terrenos baldíos sobre el Bulevar Pino Payas, justo a un costado de una subestación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE); a pesar de ello, las autoridades desconocen la gravedad del asunto.
“Según sabemos, son alrededor de cinco o seis animalitos que tiene el propietario. Tengo por entendido que hace un tiempo, uno de los animales mordió a una niña en un brazo, pero eso es lo que tenemos nosotros de reporte y desde ahí nace una investigación, nace una plática con la propietaria de los animalitos, quien dijo, los tenía encerrados”, explicó Martín Guluarte, director de Servicios Públicos de La Paz.
Sin embargo, en una visita realizada al sitio, se pudo corroborar que no son cinco, ni diez, ni quince perros, sino alrededor de cuarenta caninos, mismos que han sido adoptados a lo largo de los últimos tres años por la dueña del inmueble, quien asegura que han sido abandonados e incluso maltratados y ella, a falta de perreras en el Municipio y el poco interés de las autoridades, ha decidido resguardarlos.
“Todos son perros que todo mundo tira y no hacen nada. Sí son un friego y ahorita tengo dos en la gasolinera que acaban de tirar y los Federales de Camino se pararon, los agarraron y me los dieron”, dijo Ángela, la dueña de los perros.
De acuerdo a la información proporcionada por Ángela, quien resguarda a los perros, ella ha tratado poco a poco de cercar un espacio para los perros, con el fin de evitar que se salgan y provoquen algún daño a la ciudadanía, sin embargo, refiere que es muy complicado evitar que respondan a alguna provocación de la gente que pasa por la zona.
Por su parte, la autoridad del orden municipal se ha deslindado del tema, es decir, el Centro Municipal de Atención Canina (Cemac) es quien debería tener a los cuarenta animales en sus instalaciones, pero no es así, tan solo se hacen de la vista gorda.
“Lo que tenemos que hacer es trabajar en conjunto con la autoridad competente para poder nosotros, esos animalitos llevarlos al Cemac. Un animalito ya de plano se sacrifica cuando su vida útil no es la adecuada, cuando está muy enfermo, lo que nosotros siempre buscamos en este caso es cuidarlos y mantenerlos”, refirió Martín Guluarte.
Actualmente, el Cemac está ubicado en la comunidad de San Pedro a escasos kilómetros de La Paz, donde actualmente habita una comunidad de 17 perros; esto pese a que se tiene una capacidad de hasta setenta perros. Hasta ahora no se ha tenido el reporte de que hayan realizado alguna intervención con la señora que vela por el cuidado de esos 40 perros, los cuales representan un riesgo a la ciudadanía.
Un ataque más podría significar la muerte de una persona, pues la dueña ya está sobrepasada y las autoridades han sido omisas hasta el momento, esperemos que se haga algo antes de que haya mayores consecuencias.