Te adivina mi mente
mientras estás a mi lado
tocando mi rostro
con labios amantes.
Inhalo tu aroma
que huele a manzanas,
canela, vainilla,
y madera de Italia.
Tu mirada de hombre
pasea por los montes
de mi tierra fértil
como lobo en llamas.
Mis labios rojos sueñas
y mi piel de nácar,
que inquieto adivinas
bajo rayos de luna.
Solo tú reavivas
el volcán de mi alma
cuando pasas cerca
y a tus brazos me entrego.
Me miras a escondidas
pero siento tu mirada,
cuando mi cuerpo acaricia
derritiendo la blanca nieve.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California