De acuerdo con estadísticas, el robo en Baja California y en Tijuana, municipio que registra el 50 por ciento de la incidencia, va a la baja al comparar los meses de enero. A nivel estatal se redujo de 4 mil 697 a 4 mil 076 hurtos, mientras que en el municipio, las denuncias disminuyeron de 2 mil 054 a mil 876; el asunto es que al confrontar con las mil 826 denuncias de diciembre, el mes anterior, Tijuana registra un leve incremento, al igual que la entidad, que en el último mes del año pasado sumó 3 mil 892.
Así que en el caso de que el ciudadano quiera ser generoso, más que de reducción se puede hablar de una “estabilidad”. En el Estado, el promedio diario es de 131 denuncias por robo; en Tijuana es de 60.
Con esa incidencia en el municipio más violento de Baja California, las autoridades se han esforzado en informar de las acciones de combate. En los primeros 22 días de febrero, los boletines de las distintas corporaciones reportaron la captura de 31 ladrones solo en Tijuana, nueve de ellos detenidos en flagrancia por asaltos a comercio, otros 19 por robo de auto, y tres por robos violentos.
Algunos fueron capturados después de persecuciones; más de cuatro con órdenes de aprehensión, y se anunció la sentencia de un año seis meses de prisión a un hombre que asaltó un expendio de cerveza en mayo de 2017; ocho años de cárcel a dos hombres que asaltaron el café Blue Luna, una sentencia de seis años sin beneficios por un robo a casa habitación, y dos años seis meses a quien robó la bodega de un restaurante en julio de 2017.
Con 60 robos diarios, publicitar los resultados y obtener prisiones preventivas durante la judicialización han sido algunas de las acciones del Grupo Coordinación para recuperar la confianza ciudadana, y con eso combatir el delito.
Otro recurso empleado recientemente, y no explotado lo suficiente, son los anuncios de “Se Busca” emitidos por la Subprocuraduría en Tijuana, como sucedió en el robo a una boutique en el fraccionamiento Soler el 6 de febrero, en el cual pidieron apoyo de la sociedad, dieron a conocer las imágenes y los nombres de los tres asaltantes, de los cuales fueron detenidos Édgar Nieto y Yesenia Gálvez, “gracias a la participación ciudadana que apoyó brindando información sobre los presuntos responsables”, expuso la fiscalía. Así se logró esclarecer el caso. Éxito similar se registró en la búsqueda de un ladrón identificado como “El Toro” por asalto a cuentahabiente.
En octubre de 2017, esta misma estrategia permitió la captura de un hombre con varias carpetas por fraude en Tijuana, a través del “Se Busca” permitieron que el masculino fuera reconocido y denunciado en Irapuato, Guanajuato.
El problema es a pesar que el Código Nacional de Procedimiento Penales establece que los subprocuradores pueden ordenar este tipo de búsquedas, los organismos de derechos humanos los rechazan con el argumento de que los tratados internacionales no lo permiten.
Más allá de tratados y leyes, la realidad evidencia el hartazgo ciudadano que al sentirse indefensos en medio de la impunidad, toman cartas en el asunto, algunos forman comités vecinales y cierran calles.
Los más desesperados amenazan y toman la responsabilidad de la Policía, la primera semana de febrero en el Cañón Las Carretas, las autoridades encontraron una cartulina con la leyenda “Esto BA palos que anden robando, hijos de su p… madre (sic)”, y la segunda semana, en Hacienda Los Laureles, se pudo ver una manta con el mensaje “Vecinos vigilando, si te agarramos robando te lincharemos…”.
El problema es que como ciudadanos no están capacitados para prevenir la inseguridad o impartir justicia, y en el proceso se ponen en riesgo al enfrentar a los criminales o pueden cometer algún delito y meterse en problemas legales, como los dos hombres detenidos por homicidio, después que participaron en la golpiza que varios vecinos de Residencial del Bosque le propinaron hasta asesinar a un señalado como presunto violador en octubre de 2015.
Ante la prensa local, el director de la Policía Municipal, Mario Martínez Martínez, externó su preocupación por las manifestaciones ciudadanas de tomar la justicia en sus manos; han tenido acercamiento en las comunidades, incrementaron rondines y se han coordinado con los comités vecinales, peor reiteró que el problema es la falta de personal, no tiene agentes suficientes para prevenir los 60 robos diarios.
Pero está claro que la falta de personal que todas las corporaciones padecen, no es algo que se vaya a resolver en el corto plazo y no puede usarse como excusa, así que el Grupo Coordinación está obligado a reunirse para algo más que leerse unos a otros las cifras de resultados semanales o mensuales, eso lo pueden mandar por escrito.
Los hechos recientes exigen que empiecen a analizar, a crear, a poner en práctica otras formas de participación ciudadana que sirvan de apoyo a las autoridades que mejoren los resultados y, al mismo tiempo, se evite que la sociedad se ponga en riesgo o desesperados, se conviertan en delincuentes. Podrían empezar por atender las sugerencias y responder las inquietudes de los comités vecinales, que en Tijuana y Mexicali se quejan de desatención.