Más de un candidato del PRI se siente traicionado por su partido. Al parecer, la dirigencia nacional le apostará únicamente a ganar a la presidencia de la República y no en llevar al mayor número de diputados y senadores en las próximas elecciones
En Baja California y en 15 estados de la República, los candidatos del Partido Revolucionario Institucional al Senado y a la Cámara de Diputados, no irán en alianza con el Partido Verde Ecologista de México, tampoco con el Partido Nueva Alianza.
Pero, ojo, en la alianza del PRI con el Verde y el Panal se negó únicamente a los candidatos para diputados y a los pretendientes del Senado, esto prácticamente en la mitad del país. No para el candidato a la presidencia de la República.
Esta fórmula pone en riesgo inminente la derrota electoral del PRI, donde va ya sin aliados; la carne de cañón son los abanderados priistas que serán sus descalabros y las “catafixias” de votos al presidenciable.
Meade tendrá más candidatos que nadie
El virtual candidato del PRI, José Antonio Meade, irá de la mano con sus partidos aliados, pero no con la mayoría de sus candidatos. Así estableció en su convenio de coalición, firmado por Enrique Ochoa, el presidente nacional del PRI, y los dirigentes de los demás partidos.
Lo anterior pareciera que guarda una estrategia nacional, intentar acaparar el mayor número de votos para el presidenciable a costa de sacrificar diputados y senadores. Aquí se explica.
El mentado convenio fue presentado oficialmente desde el 14 de diciembre de 2017 y validado por el Instituto Nacional Electoral.
Ahí se pactó que los partidos (PRI-PVEM-PANAL) estarán coaligados en la candidatura presidencial, sin embargo, en 16 estados del país, cada partido no irá en alianza en búsqueda de los escaños al Senado, como tampoco competirán entre sí. Lo mismo sucederá en 133 de los 300 distritos que conforman el mapa electoral de México.
Por ejemplo, en Baja California, el tricolor definió la semana pasada a sus dos candidatos al Senado por la entidad, los “afortunados” fueron el ensenadense Alejandro Arregui Ibarra y Nancy Sánchez Arredondo, de Mexicali. Falta que el Verde defina a sus dos abanderados, al igual que el Panal. Está por demás decir que los seis pelearán los votos bajacalifornianos para conseguir el escaño a la cámara alta, pero todos tendrán un candidato común rumbo a Los Pinos.
La ventaja para José Antonio Meade es clara. A diferencia de los candidatos a diputados y al Senado le permite tener a su favor todos los votos que generan las marcas de los partidos y los esfuerzos de seis candidatos por Estado, en el caso de los aspirantes al Senado (dos por cada partido político) y otros seis candidatos por cada distrito electoral.
Bajo este esquema, ¿el PRI, con sus propias siglas y sin sus partidos aliados podrá llevar el mismo número de diputados y senadores? La experiencia y los números dicen que no.
En 2012 así fue la derrota
En la campaña electoral de 2012, cuando Enrique Peña Nieto era el abanderado del PRI-Verde, se excluyó de la alianza a las candidaturas al senado en Baja California, prácticamente el modelo que se describe arriba. Causa de ello, el PRI, que era representado por Eligio Valencia, perdió el escaño al Senado.
En aquella elección, la fórmula al Senado del PRI (sin alianza) obtuvo 324 mil 170 votos, siendo desplazado del segundo lugar por el entonces candidato del PRD-PT, Marco Antonio Blásquez (quien logró 324 mil 412 votos, una diferencia de 242 sufragios).
Mientras tanto, el abanderado del Partido Verde, Alfonso Blancafort sumó 49 mil 133 votos. El costo de la no alianza cobró factura.
Peor aun cuando se reveló que en esa elección al Senado se contabilizaron 102 mil 836 votos nulos, mismos que -en su momento- el PRI alegó que se trataban de boletas tachadas, tanto en el logo del PRI como del PVEM, forma que únicamente era válida para la elección de la presidencia de la República, donde efectivamente había alianza.
Si quedaba duda, los números de Peña Nieto en Baja California contrastaron con los del Senado, obtuvo un poco más de 463 mil votos frente a los 389 mil de Andrés Manuel Obrador ,y 339 mil de Josefina Vázquez Mota, siendo los votos nulos únicamente 22 mil 232.
Meade no ocupa mayoría priista en las cámaras
Priistas en el Estado son testigos de los varios esfuerzos que se realizaron para que el PRI nacional no abandonara a sus candidatos, pues estimaron las altas posibilidades de no ser competitivos frente a las otras coaliciones.
El CEN del PRI está enterado de las predicciones de sus militantes: no llegarán varios de los diputados y senadores en donde exista la posibilidad de triunfo o dar la batalla sin la alianza y con el posible voto nulo que generará la confusión de cruzar en la boleta a los dos partidos.
Una explicación posible es que el perfil de Meade es justamente el de un hombre “ciudadano” y de la “sociedad civil”; un candidato que ha sido secretario de Estado, tanto en gobiernos del Partido Acción Nacional como en los del PRI, cualidades que le permiten gobernar incluso sin tener una mayoría en los Poderes Legislativos.
Uno de sus últimos spots se presenta así el abanderado del PRI: “La gente está harta de lo que está pasando en las precampañas. Que López Obrador es un peligro, que Anaya traiciona, que los independientes no lo son tanto. Que si no soy del PRI, pero soy su candidato. Yo conozco a gente valiosa en todos los partidos y la sociedad; llevo 20 años trabajando con ellos, y ¿sabes qué? Hay más gente buena que mala. Este es un gran país y si seguimos dividiendo, no vamos a avanzar, pero hay una cosa que nos une: las ganas de trabajar para que nos vaya bien”.
Una clara señal de que el PRI puede sacrificar a sus diputados y senadores, apostando a Meade como Presidente capaz de gobernar en el Congreso de la Unión sin la mayoría priista.
El PRI va al Senado con el PVEM y Panal en:
*Campeche
*Coahuila
*Colima
*Chiapas
*Estado de México
*Hidalgo
*Guerrero
*Morelos
*Oaxaca
*Quintana Roo
*San Luis Potosí
*Sinaloa
*Tlaxcala
*Yucatán
Ni es una estrategia, ni una desventaja: PRI-BC
Para David Ruvalcaba Flores, dirigente del PRI en el Estado, la alianza completa es deseada, pero no definirá sus triunfos o derrotas: “Nos hubiera gustado estar en una completa alianza porque ya tenemos experiencia, como en 2012, que hubo una confusión exclusivamente con senadores. Sin embargo, es la oportunidad para que la militancia esté satisfecha que son candidatos del PRI”.
El ex diputado local acepta que la alianza, tal como se concretó, “lo lamentamos”, pero su partido -dice- “tiene su estructura y está listo, sabemos que históricamente las elecciones se ganan por muy pocos votos y seguramente tendremos que redoblar los esfuerzos para hacer el trabajo”.
En resumen, asegura, respecto a la no alianza en el Estado, “no sentimos que nos afecte, pero nos va a hacer trabajar un poco más”.
— ¿Cuál es la razón o qué lectura se da que no se haya logrado la alianza en varios estados?
“No es una estrategia necesariamente del PRI, hay que tomar acuerdos con los otros partidos políticos y ellos también tienen sus estrategias, limitan los alcances de una alianza. Estoy convencido que no fue una estrategia de nuestro partido, nos hubiera gustado ir en alianza en todos los sentidos. Hay cosas extrañas que pasan en otros estados de la República, donde aliados nuestros están aliados con otros partidos. Este método de alianzas para lograr los espacios de poder, tienen que ser revisados porque, si bien, se requieren para ganar, confunden mucho a la población.
Además agregó que “hay partidos que por sí mismos no podrían lograr nada” y son parte de la alianza con partidos grandes para mantener el registro: “esto va convirtiéndose en un círculo viciosos”.
— ¿No cree que se resten posibilidades de un triunfo electoral, el PRI yendo sin alianza? Poniendo ejemplo 2012, pero también 2016, donde el PRI no hubiera ganado las alcandías sin los votos del Verde y el PT.
“Ninguna elección es igual, el nivel de participación es muy distinta en cada elección, particularmente en Baja California. Cuando hay candidato al Presidente de la República, hay mayor participación”.
Al líder de los priistas se le preguntó sobre cómo sería una campaña en donde los candidatos enfrentados entre sí, pedirán el voto para el mismo abanderado presidencial. “Será una campaña de información al electorado en qué condiciones se dan las alianzas para que no se anulen más de 100 mil votos por producto de una desinformación. Algunos se beneficiaron con muchos votos, específicamente el Verde y el PRI perdió votos por esa confusión”.
Ruvalcaba tampoco ve un riesgo del voto cruzado a raíz de la alianza, pues apuesta a que “ya hemos tenido alianzas que aún sin alianzas, el voto se cruza. La gente es más analítica hoy en día, ven al candidato. Estamos en el mismo nivel de oportunidad. Los votos se van hacia uno u otro.
“Nos hubiera gustado una alianza porque ya tenemos malas experiencias”, concluyó