Qué bonitas son las aves,
‘¡son hermosas!’, él lo dice,
yo lo escucho y tú lo sabes.
Nos alegran con sus cantos
y nos hacen ver los días
diferentes a otros tantos.
El canario hace sentir
con sus notas el candor
de la melodía que induce
a descubrir el amor.
Hay otro pájaro hermoso
que de los cielos llegó,
vestido de fina estampa
con aires de gran señor
y que nos quita la angustia,
porque él es el ruiseñor.
Pero, ¡ah qué divino toca!,
con sus trinos celestiales
la gran orquesta de voces
de pájaros cardenales.
Y aquel cenzontle volando
que grita y llama a la aurora
y en su despertar añora
lo que opina el ruiseñor.
Que un ave por la mañana
entregue a todos el alba
y le pongamos por nombre
¡Pájaro madrugador!
José Miguel Ángel Hernández Villanueva
Correo:[email protected]
Tijuana, B.C.