Esto es un clásico western al estilo John Ford, con una estupenda interpretación de Christian Bale como el Capitán Joseph J. Blocker, un militar que odia a los nativos americanos, quienes mataron a varios de sus amigos, sin embargo, ahora debe escoltar a Yellow Hawk (Wes Studi), jefe de la tribu Cheyenne, hasta Montana.
El desacuerdo con la misión que el soldado debe asumir está visible en su mirada y, aunque de pocas palabras, la falta de confianza se expresa con una tensa verosimilitud que hace que la película fluya muy bien bajo la dirección de Scott Cooper.
Para que la travesía se vuelva aún más interesante, el par se encuentra con Rosalie Quaid (Rosamund Pike) quien sobrevivió a una matanza perpetrada por los Comanche, y a consecuencia de ello perdió a su familia.
Sola y muy alterada por el trágico incidente, la mujer se suma al viaje hacia Montana y en el camino logra un acercamiento muy especial con Blocker. Ambos se sienten víctimas de las tribus indias en una época y lugar en el cual los derechos humanos ni siquiera eran un concepto.
Con gran respeto por el género, Cooper desarrolla esta historia que una vez más refleja la lucha por la sobrevivencia no solo material, también espiritual, en un país sin ley, considerando que el recorrido comienza en Nuevo México y es de lo más brutal.
Bale, como suele suceder, demuestra una vez más que es un actor brillante al que, pese a haber estado nominado en el pasado, tal vez todavía no ha tenido en sus manos ese papel que debería cimentarlo como uno de los mejores de su generación.
Lástima que Blocker es, finalmente, un protagonista predecible y que la historia, bien llevada, da algunos giros innecesarios que no prolongan el final. Esto hace que el largometraje no trascienda como debía, considerando la promesa de un sólido western.
De todos modos la cinta es entretenida, interesante, emocionante e idónea para los amantes de un buen western. ***
Punto final.– Buen presentimiento con “Black Panther”.
