Hace apenas unos días, la cantautora mexicana Natalia Lafourcade presentó su más reciente producción discográfica, “Musas: Un Homenaje al Folclore Latinoamericano en Manos de Los Macorinos Vol. 2”, compilado de trece interpretaciones sobre jazz, rock y bossa nova, algunas de estas, versiones de temas del mexicano Alberto Domínguez, el venezolano Simón Díaz y la cubana Margarita Lecuona.
Acompañada de la cubana Omara Portuondo y la mexicana Eugenia León en “Desdeñosa”, la cantautora de 33 años de edad integró temas como “Danza de Gardenias” (del compositor sinaloense David Aguilar), “Alma Mía”, “Hoy mi Día Uno”, “Tus Ojitos”, “Duerme Negrito”, “Luz de Luna”, “Derecho de Nacimiento”, “Eclipse”, “La Llorona”, “Te Sigo”, “Humanidad” y “Gavota”, conformando su segunda entrega de “Musas”, un homenaje que se suma a los tributos a Juan Gabriel, Caetano Veloso, José Alfredo Jiménez, José José y Chavela Vargas, en los que ha participado.
Luego de una docena de versiones del primer volumen de “Musas”, Natalia presenta más que la continuación, un ensamble sonoro elegante y sutil, dibujado con percusiones y arreglos enriquecidos, aunque con menor dulzura, pero con valor añadido, dado el tratamiento que consigue al homenajear el folclore latinoamericano desde un espacio único y personal que enamora.
Interpretando boleros, clásicos del cancionero latinoamericano y composiciones propias (“Danza de Gardenias”, “Hoy mi Día Uno” y “Derecho de Nacimiento”), Lafourcade acerca el pop al folclore y lo mezcla a través de cantos populares en los que invita a la ilusión, estimulando su espíritu y compromiso hacia un concepto global que aproxima un menú folclórico a las nuevas generaciones, con lo que además se reafirma como intérprete y compositora, quien se dice orgullosa de compartir las raíces mexicanas y latinoamericanas.
Con una carrera artística de 16 años, Natalia emprendió un proyecto llamado “Musas” al lado de Los Macorinos, un dueto que la artista clasifica como leyenda por su manera de conectar con las canciones para entenderlas y desnudar el alma con ellas, con quienes grabó 27 canciones que hoy conforman dos álbumes en los que experimenta en la cultura latinoamericana, al lado de un pop que ha cambiado con la gente.