Uno de los elementos más importantes en la vida democrática mundial, tanto como en Baja California, es indudablemente la apertura de todos los medios de comunicación.
A la revista Proceso, fundada por don Julio Scherer y un grupo de discípulos llenos de heroísmo por la libertad de expresión, se les debe –a pesar de su hipercrítica– gran parte de la vida democrática de México. Desde que en los 1970´s fueron “echados” del Diario Excélsior, en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez.
Acá en Baja California, después de sus recorridos por San Luis Potosí, Hermosillo, Mexicali, y el asalto a su diario ABC, Jesús Blancornelas y un grupo de colaboradores –tres de ellos ejecutados– fundaron el Semanario ZETA.
Benjamín Flores González, precoz periodista ejecutado un 15 de julio de 1997, fundó el diario La Prensa, en San Luis Río Colorado, Sonora. Algunos de sus compañeros fundadores, siguen en pie de lucha. Y recientemente fue recordado en el monumento y avenida que lleva su nombre. Su crimen continúa impune, y escandalosamente, el ex Procurador de Justicia del Estado de Sonora, reveló que “no sabía quién era Benjamín Flores”. ¡Ánimo!
Sí,1989 fue un año increíble a nivel mundial. Por la reunificación de Alemania, la caída del muro de Berlín; el inicio de la Perestroika (cambio democrático) en la ex Unión Soviética; la esperanza de libertad para los países sometidos desde 1917 a la esclavitud de los bolcheviques, y de muchos países pisoteados por el nazi-fascismo. Acá en el norte de México, la prensa nacional e internacional, reunida en Mexicali en el Hotel Castell Calafia, admirada no daba crédito al Lic. Ernesto Ruffo Appel. “Nos está diciendo que usted es el virtual gobernador de Baja California”, le reviró sorprendido el “líder” Elías Chávez, reportero enviado por Proceso a cubrir las elecciones en B.C.
Si la humanidad se conmovió con los cambios en Checoslovaquia, Rusia, Polonia, Sudáfrica (Mandela 1993), también lo hizo en México. Y gracias a un grupo de periodistas valientes y convencidos de la necesidad de un cambio democrático, fue como descubrieron y denunciaron, en un “bunker” de gobernación, enclavado en pleno centro de gobierno de Mexicali, donde hasta imprenta para reproducir boletas electorales tenían. El escándalo no se hizo esperar. A los panistas encabezados por don Luis H. Álvarez, en el cierre de campaña los habían encajonado en una callejuela atrás de Palacio Municipal, y quién sabe de dónde tuvieron que tomar electricidad para iluminar tenuemente la plataforma rodante en la que les dejaron permanecer casi en las tinieblas. Era el verano de 1989. La plaza Calafia estaba repleta de asistentes en el cierre de campaña amenizado por la “gran Lola Beltrán”, como lo había hecho el crápula de Braulio Maldonado en su cierre en Tijuana en 1959, contratando al “gran Antonio Aguilar”.
Si los políticos se las ingenian para enajenar y congraciarse al pueblo, los periodistas honestos luchan por abrirles el entendimiento, que descubran su libertad. Bien dicen que un buen periodista, es como un buen perro: que avisa para alertar sobre un ladrón o algo que ande mal. Incluso para que no se ofendan los buenos periodistas a quienes Baja California les debe tanto, se sabe que a los religiosos dominicos (Santo Domingo de Guzmán) así se les conoce como los que “ladran” para el Señor Dios.
La democracia en Baja California ha sido una combinación de libertades, las más valiosas de ellas: la de religión y la de expresión. No hay que olvidar que misionalmente Baja California fue dejada totalmente en manos de los misioneros. El fondo pío de las Californias, creado por los jesuitas Salvatierra y Kino, tuvo esa orientación. La Corona Española no podía solventar los gastos de los soldados y misioneros, por lo que los jesuitas propusieron al Rey, que ellos se harían cargo de la evangelización, y los soldados quedarían bajo sus órdenes. Como así sucedió. No lo sé, pero el de Baja California es un modelo histórico único, en el que los soldados estaban bajo las órdenes de los misioneros. E incluso eran empleados en labores de construcción y no de seguridad; pues el capitán Atondo y Antillón, porque los indígenas le habían comido un caballo en San Bruno, BCS, (1683) éste los quiso someter matando a más de siete con unos cañonazos a quemarropa. Lo llevó al fracaso el primer intento civilizador y evangelizador de la península.
En la Europa nazi y bolchevique, sacerdotes, pastores, obispos y rabinos, fueron torturados o martirizados por oponerse a los gobiernos antidemocráticos; como el jesuita holandés Tito Brandsma, beatificado por Juan Pablo II y ejecutado por el régimen hitleriano.
Defensor de intelectuales y periodistas en Holanda, bajo la ocupación nazi. El padre Brandsma ejerció la libertad de expresión en un ambiente en el que había que ocultar las atrocidades y locuras de líderes criminales como Stalin y Hitler, entre tantos otros.
La democracia en Baja California ha sido posible en gran medida gracias a periodistas e intelectuales como Manuel Acosta Meza, que en 1957 fue cremado vivo por órdenes de Braulio Maldonado, cuando con su pequeña hija veía televisión en su hogar. Luego de que los “chemitas” le prendieran fuego, para asesinar al líder, que junto con el abogado Salvador Rosas Magallón, defendían a la gente sencilla, a quienes querían despojar injustamente de sus viviendas y terrenos en la zona Río Tijuana.
Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com