Comerciantes del Parque Morelos denunciaron a ZETA el decaimiento de las áreas verdes y la muerte excesiva de los animales del zoológico, situación que no es atendida por la autoridad municipal; sin embargo, sí incrementó las tarifas de acceso al parque para compensar la disminución en las entradas ante la baja afluencia de visitantes.
Sin estudio previo que lo sustentara, el gobierno de Tijuana incremento un 3% la renta a los 180 permisionarios establecidos en el parque, además de una cuota de hasta 500 pesos al mes para el pago de energía eléctrica y recolección de basura, servicio que ya estaba incluido en el pago del arrendamiento.
Por supuesto que la medida provocó inconformidad en los vendedores, especialmente porque consideran que lo que pagan no se refleja en las condiciones en las que el municipio mantiene el Parque Morelos, lo cual les afecta en términos económicos, pues ante el descuido, la gente deja de acudir; además señalan, no han realizado obras de mejora.
Los vendedores explicaron que durante más de 20 años, no se les había cobrado por la recolección de basura ni por el consumo de energía eléctrica, servicios a los que contribuyen con donación de tambos o la instalación de las redes eléctricas.
De hecho, los vendedores no están en desacuerdo con contribuir a las mejoras del parque, pero piden que se realicen estudios para ello, pues ahora incluso les han solicitado permiso de operación, de uso de suelo y certificado de medidas de seguridad de Bomberos y Protección Civil, requisitos que en anteriores administraciones jamás les fueron requeridos.
Entre otras irregularidades, acusaron al municipio de estar permitiendo a la empresa de transporte público Altisa, utilizar como sitio una zona del parque cercano a la entrada vehicular. David Mondaca Camacho, director del Sistema Municipal de Parques Temáticos de Tijuana (Simpatt), dijo que los incrementos en los cobros a los vendedores fueron aprobados por el Cabildo de Tijuana.
Respecto al incremento de 3 por ciento a las rentas, comentó que esto se debe a un ajuste por la inflación, mientras que los cobros de recolección de basura y energía eléctrica se deben a que el Simpatt ya no puede absorber dicho gasto.
Del cobro de energía eléctrica dijo que dependiendo de la actividad de cada permisionario, será una cuota de 300 o 500 pesos, y que identificarán a los seis mayores consumidores de electricidad para colocarles un medidor independiente y cumplan con el pago por el consumo real; además justificó el cambio en las políticas, diciendo que cualquier otro arrendatario en la ciudad paga sus servicios y los permisionarios del parque no deben ser excepción.
Respecto las licencias de seguridad, operación y uso de suelo que no se les habían requerido, reiteró que los vendedores deben cumplir con los requisitos para operar. Y del sitio para Altisa, aseguró Moncada que ya se hizo del conocimiento de la Dirección de Vialidad y Transporte para que solucionen el problema.
De las obras en el parque, David Moncada justificó con puras acciones de mantenimiento, como la rehabilitación de los pozos de agua, la remodelación de kioscos y del teatro al aire libre, reparación de aspersores y próximamente la rehabilitación de sanitarios.
Moncada también argumentó sobre la muerte de animales, por ejemplo, que el jaguar padecía insuficiencia renal; una llama murió por la ingesta de basura arrojada por visitantes, y una guacamaya por el ataque de sus compañeras de jaula. “Fuera de ello, los animales han fallecido por causas naturales y al ritmo esperado”, concluyó.