Carlo Marzella, fiscal Antimafia y Antiterrorismo de Palermo, en Italia, aseguró que la violencia en México rebasó a la que se vivió en Sicilia en la década de los ochenta del Siglo pasado, misma que perpetró la mafia de “La Cosa Nostra”.
“En Italia, ‘La Costa Nostra’ llevó a un verdadero ataque al Estado, en sólo 10 años fueron asesinados como 12 fiscales, sólo en Sicilia, por la mafia, muchísimos periodistas, muchísimos policías, políticos que luchaban contra la mafia, pero nunca, nunca llegamos a niveles tan altos de asesinatos, masacres como estoy viendo en México”, mencionó.
A diferencia de México, recordó Marzella, en Italia el Estado respondió con mucha fuerza los ataques de la mafia desde varios frentes, incluyendo el judicial para conseguir sentencias condenatorias a los criminales.
Además, explicó el fiscal italiano, se reforzaron los controles en centros carcelarios del país europeo para evitar que los reclusos continuaran con sus actividades criminales dentro de los penales.
Otra de las claves del éxito del combate a la mafia siciliana, abundó Marzella, fue el respeto a los derechos humanos en las detenciones y procesos penales, con lo que no se dejaba la puerta abierta para posibles impugnaciones de las sentencias.
De visita en Ciudad Juárez, Chihuahua, para participar en el foro ‘El costo social de la corrupción’, Marzella enfatizó que la violencia vivida en territorio mexicano solo se podrá contrarrestar con la participación ciudadana para combatir al crimen organizado.
“Yo creo que es fundamental, yo creo que sólo una acción represiva llevada a cabo por la Policía, por el Poder Judicial es necesaria más no es suficiente, yo creo que el papel que tiene que jugar la sociedad civil es fundamental, porque, es un problema como decían cultural, un problema ético y moral y solo un movimiento de la base que proviene de la sociedad civil puede conseguir algo”, explicó Marzella.
En el Foro organizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (Ficosec) y Plan Estratégico de Juárez, Marzella señaló, además, que “Un Estado que no pueda garantizar la seguridad física y la libertad de expresión de sus periodistas, no es un Estado democrático de derecho”.
Basado en datos periodísticos, señaló que hay cifras “impresionantes” sobre el número de periodistas asesinados en México y que “lo más sorprendente” es que la gran mayoría de los casos nunca se ha identificado a los autores de dichos crímenes.
Marzella aseveró que el Estado tiene que garantizar la protección al periodista para ejercer el periodismo, no solo física, sino también cultural, donde el periodista no pueda tener miedo de lo que va a escribir en la prensa.
“En Italia en los años noventas los periodistas también eran matados por la mafia, y como reaccionaron, se unieron, cuando uno tenía una noticia muy delicada sobre la relación entre política y crimen organizado, la compartía con todos los demás periodistas, y en el mismo día, todos los periódico del país iban a dar la noticia”, destacó el fiscal italiano.
Expuso que es importante la solidaridad entre el gremio periodístico para trabajar juntos, tal como lo hace el crimen organizado, y que es deber de los periodistas difundir noticias de la corrupción que está dentro del Estado.
“Si a la corrupción le añadimos que el crimen organizado es muy violento, es realmente un problema muy serio y muy preocupante. La verdad que esa conjunción de elementos lo que tiene que haber una respuesta política muy definida y muy decidida para erradicar el problema”, comentó, en su turno, Juan Carlos López Caballero, fiscal anticorrupción de Málaga, España.
