El robo y venta voluntaria de catalizadores se ha convertido en un negocio redituable para ciertos talleres mecánicos en Ensenada, los cuales pagan de 500 hasta mil 800 pesos por pieza de cualquier modelo.
Un taller mecánico ubicado en calle México y Décima, de la colonia Bustamante, es uno de los más populares y a diario tiene largas filas de carros, desde las 07:00 horas, que en cuestión de minutos le son retirados los catalizadores o, en su defecto, los entregan por separado.
Quienes conviven con este tipo de negocios, lamentan que la autoridad permita la operación de talleres que, además de promover la delincuencia, atentan contra el medio ambiente, pues esta pieza no es otra que la encargada de regular la salida de emisiones tóxicas.
ZETA consultó a dos verificentros de la ciudad, cuyo personal alertó sobre la posibilidad de que el resultado de la verificación sea negativo, pues el catalizador controla los gases de escape, pero no es indispensable.
José Luis Tapia, quien trabaja en un taller mecánico y comercializa piezas, explicó que los negocios mecánicos ofrecen entre 30 y 100 dólares por catalizador, dependiendo del tamaño del vehículo. Refiere que por una pieza grande, como un pick up, se pagan entre 80 y 100 dólares.
Del destino de los catalizadores removidos en talleres mecánicos especializados en mofles, puede ser de dos tipos: una señala que del artefacto se extraen pequeñas cantidades de platino, elemento que posteriormente es vendido en recicladoras; la otra tiene que ver con la remoción de pequeñas piedras cuya función es absorber las emisiones de dióxido de carbono del automóvil, mismas que tentativamente son usadas en la elaboración de drogas sintéticas.
Sin embargo, “a ciencia cierta se desconoce a quién y en cuánto venden los talleres, los catalizadores removidos”, compartió.
Aunque a simple vista, remover el catalizador no tiene mayor efecto en el automóvil, en lo mecánico afecta al funcionamiento de los sensores de oxígeno, los que van antes y después del maniful, según otras fuentes consultadas.
En otros países de Europa, la compra-venta de estos artefactos representa un delito, ya que promueve la delincuencia. En el caso de Baja California, La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que la venta de catalizadores no representa un delito, sin embargo, en caso de que se trate de uno robado, se puede levantar la denuncia e iniciar una investigación.
MARCO FLORES