La racha de homicidios en contra de políticos mexicanos, registrada durante los últimos días de 2017, no se agotó con el fin de año. Para el 2 y el 3 de enero de 2018, otras dos agresiones se sumaron a la lista de muertes violentas. El último caso fue el del ex alcalde priista de Mixquiahuala, Hidalgo Miguel Licona Islas, quien en conjunto con su hijo Miguel Ángel Licona Pérez, fue ultimado con arma de fuego al interior de su domicilio.
Con estos ataques, el proceso electoral 2017-2018 se ha visto salpicado de violencia, toda vez que entre las víctimas ha habido aspirantes a cargos de elección popular, así como funcionarios en activo. La ejecución del perredista Sabino Mejía Rodríguez, quien fuera director de Protección Civil de Santiago Ixcuintla, Nayarit, resultaría significativa en vista de que horas después, otro miembro del PRD, el ex diputado local Luis Manuel Hernández Escobedo, fue atacado a tiros en la capital nayarita (Tepic), siendo éste un atentado del cual salió ileso.
En cuanto a Mejía Rodríguez, quien pertenecía a la corriente partidista Galileos, su agresión ocurrió la noche del 2 de enero y fue la primera de 2018. A propósito, el diputado perredista Guadalupe Acosta Naranjo publicó en Twitter que al hoy occiso lo sacaron de su casa y le dispararon a quemarropa. Trascendió que, previo a los hechos violentos, se encontraba en compañía de su cónyuge e hijo, quienes resultaron ilesos.
Por lo que respecta a 2017, la noche del 31 de diciembre murió el aspirante priista a la alcaldía de Atoyac, Guerrero Adolfo Serna Nogueda, víctima de cinco disparos que recibió cuando bajaba de su camioneta, a unos cuantos metros de su domicilio, en la zona central de ese municipio. La Fiscalía General del Estado abrió una carpeta de investigación por Homicidio “en contra de quien o quienes resulten responsables”.
Ese día por la mañana, Serna Nogueda había hecho un llamado a la unidad del partido tricolor vía Facebook, “en este viaje todos cabemos, todos somos importantes, todos somos parte importante del equipo #PRI”.
El 30 de diciembre, el ex candidato perredista a la diputación por el Distrito 5 de Baja California, José Castro Crespo, fue atacado a balazos en el ejido Islas Agrarias de Mexicali, BC. Sujetos desconocidos le dispararon por lo menos en tres ocasiones. Castro Crespo era licenciado y pertenecía a la Barra de Abogados en el Ejercicio Libre del Derecho de Mexicali.
El mismo sábado fue hallado en condición de degollado, el regidor perredista de Jalapa, Tabasco, Gabriel Hernández Arias. A propósito, trascendió que familiares suyos lo encontraron en su domicilio, atado de manos y con varias heridas en el cuello. Según se dio a conocer, una fuente de la Fiscalía General del Estado indicó que la principal línea de investigación era la de crimen pasional.
El 28 de diciembre, el alcalde perredista de Petatlán, Guerrero, Arturo Gómez Pérez, fue agredido en la cabecera municipal de ese municipio, aproximadamente a las 11:45 de la noche. Corrió la versión de que sujetos armados perpetraron la ejecución.
El vocero del Grupo de Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, dio a conocer que el ataque (a balazos) se dio mientras el munícipe “se encontraba cenando en una pozolería”, aparentemente en compañía de amigos.
También, el jueves 28 fue baleado el legislador perredista de Congreso de Jalisco, Saúl Galindo Plazola, en el municipio de Tomatlán, a cuya alcaldía pretendía. Según trascendió, el diputado viajaba sobre la carretera federal 200, con destino a Puerto Vallarta, cuando sujetos a bordo de un pick up de doble cabina, le cortaron el paso y lo obligaron a bajarse de su unidad (Ford Lobo, color negro), al instante de lo cual, lo ejecutaron. Galindo Plazola iba acompañado de su hijo, de nombre Carlos, quien resultó ileso.
De modo que se trató de siete ejecuciones en plena época electoral, que se dieron durante los últimos cuatro días de 2017 y los primeros tres de 2018. De acuerdo a medios informativos, el año pasado fueron asesinados alrededor de 46 políticos en México, entre alcaldes, ex munícipes, legisladores, regidores y aspirantes.