El PRI nos ilustra bien sobre qué es la cultura de la hegemonía, ahí está presente, aun en su miseria electoral, de forma grotesca, intentando doblegar con dinero, haciendo el ridículo y afanándose en manipular con infamias y mentiras proferidas por el presidente partidistas, al tiempo que el candidato presidencial, mustio y suato, intenta poner cara de santo pidiendo paz y amor, como si no fuera él quien ordena difundir mensajes de odio.
Esa es la cultura de la hegemonía, la que les permite asumir que tienen el derecho a violentar, mentir, robar, porque nacieron para mandar; la que asume que tienen el derecho a hacer lo que sea para mantenerse en el poder; la que regala televisiones, despensas, tinacos y demás insumos para que voten a su favor las víctimas de su gobierno empobrecedor; la que asume: el que paga por el voto, compra los bienes del Estado. Esa es la cultura de la hegemonía que los tiene en la ruina moral, dislocados del tiempo y la sociedad que gobiernan, envueltos en escándalos de corrupción y crimen, sin entender que no entienden; la que ha concentrado la riqueza en unas cuantas manos; la que ha construido en México una gigantesca fábrica de pobres para exportarlos y recibir sus remesas o para emplearlos con sueldos precarios que permitan maximizar las ganancias a empresas extranjeras; la que nos ofrece por el mundo como mano de obra barata, trabajadora y controlada.
Esa hegemonía es la que pacta y regentea al crimen organizado, aunque el saldo de su negocio sea la muerte y el llanto, pero que se escandaliza cuando AMLO propone pacificar al país; la que llama “fomento a la traslación de dinero y bienes del Estado a manos privadas”, pero populismo a toda inversión social; la que contrata actrices venezolanas y bots para que demonicen al “Peje”.
Hay que tener cuidado con esa cultura de la hegemonía, ahora que sus trucos parecen habérseles acabado, pues les queda el último recurso de los villanos, la muerte física de sus adversarios.
Ya intentaron la muerte política del tabasqueño y fallaron, ya se sumaron o realizaron fraudes, ya lanzaron costosísimas campañas de odio y Andrés Manuel sigue de pie, arrinconándolos al borde del precipicio, del basurero de la historia.
México va a cambiar y la fecha parece haber llegado. Ese nuevo México lo construiremos todos, porque todos estamos acudiendo a esa convocatoria, cristianos, judíos, agnósticos, católicos, ricos, pobres, izquierdistas, derechistas, pianistas, perredistas, priistas de buena voluntad.
AMLO 18, el año del cambio.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com