El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este miércoles que trasladará la embajada estadounidense a Jerusalén, ciudad a la que reconocerá como la capital de Israel, a pesar de las advertencias de líderes mundiales sobre los riesgos de provocar violencia en Medio Oriente y perjudicar los esfuerzos de paz entre israelíes y palestinos.
“He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel”, dijo Trump en un discurso desde la sala de recepciones diplomáticas de la Casa Blanca, lo que minutos después el primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, calificó de “histórico”.
El presidente de Estados Unidos aseguró que su decisión no debe interpretarse como una falta de compromiso con el proceso de paz entre israelíes y palestinos, y prometió que hará “todo” lo posible para ayudar a las partes a lograrlo. Trump respondió así a una promesa que realizó en el 2016, durante su campaña a la presidencia.
“Jerusalén es el corazón de una de las democracia más exitosas del mundo. Esto no es más que un reconocimiento de la realidad, es algo que debe hacerse. EU apoya una solución de dos estados. Mientras tanto, pido a las partes respetar el status quo. Mi gobierno se compromete a buscar la paz. Y pido a los líderes políticos y religiosos de la región que se unan en esta búsqueda de la paz”, declaró Trump en un discurso emitido en vivo.
“Estados Unidos apoyará una solución de dos Estados si eso es lo que acuerdan las dos partes […] Creo que es una decisión que debería haberse tomado hace tiempo. Muchos presidentes dijeron que querían hacer algo y luego no lo hicieron, quizá por falta de valentía o porque cambiaron de opinión”, dijo Trump a los periodistas durante una reunión con su gabinete en la Casa Blanca.
Tras el anuncio, el presidente de Estados Unidos llamó a la “calma, la tolerancia y la moderación” a todos los actores del Oriente Medio. “Es hora de que todas las naciones civilizadas […] respondan a los temas que generan desacuerdo con debate, no violencia”, enfatizó.
“Es la capital que el pueblo judío estableció en la Antigüedad. Es la sede del Parlamento israelí y del Tribunal Supremo. También es la residencia del primer ministro y el presidente. Durante décadas los presidentes de EU nos hemos reunido con nuestros homólogos israelíes en Jerusalén. Es el corazón de una de las democracias más exitosas del mundo. Han construido un país donde gente de todas las religiones son libres para vivir y orar según sus creencias”, justificó Trump.
“Jerusalén es hoy y debe seguir siendo un lugar donde los judíos rezan, donde los cristianos pueden hacer el viacrucis, donde los musulmanes tienen su mezquita. Sin embargo no se ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel, pero en el día de hoy finalmente lo reconocemos”, afirmó Trump.
Por su parte, el presidente de Israel, Reuvén Rivlin, felicitó a su homólogo estadounidense, por haber reconocido oficialmente a Jerusalén como capital de Israel. “Felicito al presidente Donald Trump por su anuncio […]. No hay un regalo más hermoso ni adecuado, cuando nos acercamos a los 70 años de la independencia del Estado de Israel”, señaló en un comunicado.
El presidente estadounidense ordenó al Departamento de Estado iniciar el proceso de trasladar la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén como lo requiere la ley. Sin embargo, según la agencia española EFE, un alto funcionario del Gobierno de Trump dijo que la construcción de la sede diplomática podría tomar entre tres y cuatro años.
LA HISTORIA
Israel considera que Jerusalén es su capital “única e indivisible”, incluidas las zonas orientales y del centro histórico, arrebatadas hace medio siglo a Jordania. Hace 70 años, en 1947, el acuerdo de partición de Palestina situaba provisionalmente a Jerusalén bajo la administración internacional.
Sin embargo, la parte occidental fue ocupada por Israel y tras la guerra de los Seis Días, ocurrida en junio de 1967, los israelíes también ocuparon la oriental, zona que los palestinos consideran también su capital.
Estados Unidos se convierte así en el único país del mundo que reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, una ciudad donde ninguna nación tiene su embajada debido a que tras la anexión israelí de la parte oriental de la urbe en 1980, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamó a la comunidad internacional a retirar sus oficinas de representación de la Ciudad Santa.
El movimiento de sede, que Trump ya había comunicado vía telefónica al líder palestino Mahmud Abas y al rey jordano Abdalá II en una ronda de diplomacia telefónica, había sido acordado por el Congreso estadounidense en 1995, pero por “seguridad nacional” lo habían postergado desde entonces todos los presidentes antecesores del magnate.
REACCIONES INTERNACIONALES
Horas antes, el Papa Francisco había llamado a respetar el “status quo” de Jerusalén y añadió que una nueva disputa en Oriente Próximo podría avivar conflictos en el mundo. China y Rusia también había expresado su preocupación de que los planes de Trump agravaran las hostilidades regionales.
Irán “no tolerará una violación de los lugares santos musulmanes”, afirmó este miércoles el presidente de ese país, Hassan Rohani, al criticar la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. “Los musulmanes deben permanecer unidos frente a ese gran complot”, dijo.
El movimiento islamista Hamás, que controla la franja de Gaza, amenazó con una nueva Intifada, y la a Organización para la Liberación de Palestina -coalición de movimientos políticos y paramilitares- calificó la medida como el “beso de la muerte” para la paz.
“Podrían ir tan lejos como romper nuestras relaciones diplomáticas con Israel. Es una línea roja para el orbe musulmán”, sentenció el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sobre las posibles consecuencias ante el cambio de sede.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI), que aglutina a los países musulmanes, advirtió a EU en un comunicado, que el traslado supondría reconocer a esta ciudad como la capital del Estado israelí e ignorar la ocupación militar de Jerusalén.
“Sería una agresión descarada, no solo contra la comunidad árabe e islámica, sino también contra los derechos de los musulmanes y los cristianos por igual, y contra los derechos nacionales de los palestinos”, señaló la OCI.
“El presidente [Mahmud Abás] reafirma nuestra firme posición de que no habrá estado palestino sin Jerusalén Este como su capital, de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional y la Iniciativa de Paz Árabe. No podemos aceptar el traslado de la embajada”, dijo el portavoz presidencial palestino, Nabil Abu Rudeina.
Abás, líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), advirtió a Trump en una llamada telefónica con la que este le comunicó sus intenciones sobre el cambio de sede, de las “graves repercusiones para el proceso de paz y para la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo” si se lleva a cabo el traslado.
Por su parte, el movimiento islamista palestino Hamás dijo que la intención de Trump “cruza todas las líneas rojas”. El jefe político, Ismail Haniye, condenó en un comunicado el traslado de la sede diplomática, que calificó de “provocación”, y pidió que se rechace.
El rey Mohamed VI de Marruecos aseguró en una carta enviada al presidente estadounidense, que su decisión obstaculizará el proceso de paz en Oriente Medio. Mientras que la portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, recordó la posición de Naciones Unidas sobre el estatus de Jerusalén y advirtió sobre medidas “unilaterales” que puedan menoscabar una solución de dos estados, el israelí y el palestino.
El ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman Safadi, dijo que su país convocará una reunión urgente de los ministros de Exteriores de la Liga Árabe el próximo sábado para abordar la posible decisión del presidente estadounidense.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, intentó sin éxito frenar a Trump en una conversación telefónica en la que le recordó que “la cuestión de Jerusalén debería tratarse en el marco de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, aspirando a la creación de dos Estados que vivan juntos en paz con Jerusalén como capital”.
Asimismo, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, pidió a Donald Trump, sin éxito, “evitar toda acción que mine una solución a dos Estados entre Israel y Palestina”. En tanto, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, alertó ayer sobre las consecuencias de una decisión así. “Sólo se podrá encontrar una solución a la problemática de Jerusalén en negociaciones directas entre ambas partes”, dijo.
Ayer, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, indicó que el presidente Donald Trump “está muy comprometido a favor del proceso de paz en Medio Oriente”. Durante una rueda de prensa en la sede de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Bruselas, aseguró: “Seguimos creyendo que existe una muy buena oportunidad de hacer la paz y el presidente tiene un equipo que está totalmente dedicado a eso”.