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domingo, febrero 18, 2024
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La generación “Y”

El rostro del candidato de Televisa empalideció, chicos de la Ibero lo acosaban, lo insultaban y le cerraban el paso. No encontraba la salida y le costaba mantener el temple. Después de ese día, la campaña dio un vuelco, posterior al surgimiento del movimiento “Yo Soy 132”; la elección dejó de ser un día de campo para el candidato posicionado a fuerza de dinero público, invertido en los medios de comunicación tradicionales, y a fuerza de la voluntad manipuladora de Televisa.

Los jóvenes se rebelaban contra Peña Nieto, sobre todo contra la imposición de una televisora que en los hechos había sido la perversa nana de su niñez; el internet los había liberado de las ideas preconcebidas que la televisión les había inoculando, se negaban a creer en la última telenovela que les presentaban.


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Los jóvenes de las universidades públicas y privadas se convirtieron en inesperados activistas por el cambio; la revuelta benefició a AMLO, aunque nunca se definieron formalmente, porque no querían entregar cheques en blanco a nadie, le reconocían al tabasqueño legitimidad como actor político a favor del cambio, siendo un viejo, para ellos significaba lo nuevo. Su furibunda embestida cerró la contienda, pero no alcanzó, los despensazos salvaron al candidato-actor.

Después de su épica irrupción en la vida pública, volvieron a sus colegios, a su música, a sus videos y su computadora. La política parecía no interesarles o les generaba tedio y desprecio; el caso es que, a diferencia de la generación del 68, no les pareció importante involucrarse en la lucha partidista; con la soberbia que da tener una vida por delante, se dedicaron a lo suyo. Muchos los criticaron y los clasificaron como hedonistas, mundanos e insolidarios, hasta  que la desgracia nuevamente los puso en el centro del escenario nacional, esta vez con el puño en alto pidiendo silencio para poder rescatar a víctimas, asaltando los refrigeradores familiares para armar y repartir despensas a los damnificados, haciendo cadenas humanas para levantar a la ciudad de sus escombros, recolectando herramientas para rescatar cuerpos humanos, vivos o muertos, enterrados bajo toneladas de concreto.

Había una mala lectura de su repliegue estratégico. Cuando salieron nuevamente a la calle, ya habían terminado con Televisa. En apenas cinco años de aquellas marchas contra la empresa, ésta había dejado de ser la dueña de la información publicada, y ya pocos le creían, ni sus patrocinadores que se mudaron a los medios no tradicionales edificados y empoderados por aquellos jóvenes, dejándola en la ruina económica. Al candidato-actor lo habían destruido como presidente a fuerza de verdades reproducidas en su internet.


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Después levantar la ciudad y el ánimo de los mexicanos, parece que se han replegado de nuevo, pero quien piense que no serán “el factor” en la próxima elección, no está leyendo bien los tiempos. Las redes que ellos han construido definirán el futuro y difícilmente, en esta ocasión, las despensas alcanzarán.

Ésta será la última elección que le permitirán a otras generaciones encabezar nada. Alcanzaron ya al futuro, y el futuro nos alcanzó a los demás. El presidente en el 2024 será un millennial, alguien de la generación, para eso tendrán que echar del poder a los intereses que impiden nuestra evolución. En 2018 harán presidente al viejo paternal, es una factura que les queda por cobrar.

 

Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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