En menos de una hora, y sin debate, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 262 votos a favor, 25 en contra y cero abstenciones, la Ley de Seguridad Interior (LSI) y la turnó al titular del Poder Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto, para que éste promulgue la legislación.
Los diputados del Partido Acción Nacional, de la Revolución Democrática (PRD) y del Movimiento Ciudadano (MC) salieron del recinto legislativo en San Lázaro, para hacer supuesta presión a los legisladores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Verde Ecologista Mexicano (PVEM), de Nueva Alianza (PANAL), quienes votaron a favor de la Ley, junto con algunos miembros del PAN.
A pesar de los votos en contra de diputados del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), del Partido del Trabajo (PT) y de Encuentro Social (PES), la minuta fue avalada con las modificaciones hechas por el Senado de la República, que tras una muy larga sesión y en el último día del periodo ordinario de sesiones, aprobó en lo general y en lo particular, modificaciones a la LSI.
Con esta nueva Ley, el principal encargado de la seguridad nacional serán las Fuerzas Armadas y ya no las policías municipales y estatales.
En la Cámara alta, la discusión que inició hacia las 14:30 horas de ayer jueves, finalizó con las modificaciones aprobadas cerca de las 6:00 horas de este viernes, con 71 votos a favor del PRI, PVEM y del PAN. En contra se registraron 34 votos de PRD, Morena y PT, así como tres abstenciones.
Las modificaciones que se le realizaron al proyecto, las cuales enviaron originalmente los diputados, fueron a los artículos 1, 7, 8, 9, 10, 16, 21, 22 y 26, cambios que organizaciones sociales y especialistas tacharon de simulación.
En el artículo 7, por ejemplo, se agregó que los derechos humanos deberán ser respetados de acuerdo con lo dispuesto en la Constitución y en tratados internacionales, y se eliminan las referencias a perturbaciones graves de la paz pública.
Con respecto a las protestas sociales, en el artículo 8 sólo se eliminó el señalamiento de que “deben ser pacíficas” para no ser consideradas amenazas a la seguridad interior, pero sigue abierta la posibilidad de ser señaladas como un riesgo.
También se agregó “de acuerdo a sus facultades”, en el artículo 16, al referirse a la atribución del presidente de la República de ordenar operaciones inmediatas a las Fuerzas Armadas, cuando estén en grave peligro instituciones fundamentales del Gobierno.
En el debate en lo general, los discursos, tanto a favor como en contra de la ley, estuvieron marcados por el reconocimiento a la labor de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, algunos advirtieron que mantener la participación de estas en labores de seguridad pública generará más desgaste en su imagen.
ONU LAMENTA APROBACIÓN DE LA LSI
Por su parte, tras la aprobación de la legislación mexicana, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos calificó hoy de “lamentable” que el Senado ratificara la Ley de Seguridad Interior.
“Para la Oficina es lamentable que haya sido aprobada […] No creemos que sea un paso positivo”, afirmó en una rueda de prensa la portavoz de la Oficina, Elisabeth Throssell, al citar la posición personal del Alto Comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein.
“El país debería centrarse en reforzar la policía nacional y no convertir a las Fuerzas Armadas en una parte fundamental de la seguridad interna”, concluyó Throssell, y recordó que la Oficina ya se posicionó en contra de la ley con anterioridad.
Varios grupos de trabajo de Derechos Humanos de la ONU, así como diversos relatores especiales han criticado la ley por el peligro que existe de que incremente las violaciones a los derechos humanos en el país.
Asimismo, recordaron que en el pasado, integrantes de las Fuerzas Armadas perpetraron “numerosos” y graves abusos a los derechos humanos y que en muchos de los casos estos crímenes quedaron impunes.
-Con información de EFE, Reforma, El Universal y Milenio.
