Igual que lo hizo ayer, el Papa Francisco llamó este lunes, en su mensaje navideño por el nacimiento de Jesús, a deplorar los “vientos de guerra” que azotan el mundo, además de que pidió una solución de dos estados para hallar la paz en el Medio Oriente y rezó por la superación del enfrentamiento en la Península Coreana.
Además el jerarca de la Iglesia Católica se refirió a la situación de Venezuela, donde, dijo, se debe retomar el “diálogo sereno” entre los diversos sectores, por el bien de la población, agobiada por una crisis económica, social y política, señaló.
Asimismo, el Pontífice católico se refirió a la decisión del presidente estadounidense Donald Trump sobre reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, lo que ha reanimado la violencia en la región, por lo que rezó para que “entre las partes implicadas prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo y se pueda finalmente alcanzar una solución negociada, que permita la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de unas fronteras acordadas entre ellos y reconocidas a nivel internacional”.
Respecto al enfrentamiento con Corea del Norte, debido a sus ensayos nucleares -lo que ha escalado las tensiones en Asia-, el Papa Frnacisco también rezó por el fin de los enfrentamientos en la Península Coreana y para que “aumente la confianza mutua”.
Los “vientos de guerra y un modelo de desarrollo ya caduco sigue provocando degradación humana, social y ambiental”, dijo el Papa Francisco durante la bendición “Urbi et orbi”, dada desde el balcón central de la Basílica Vaticana.
El religioso argentino también habló del sufrimiento “en los rostros de los niños”, hablando de las guerras y tensiones en el Medio Oriente y África. “Que nuestros corazones no estén cerrados como las casas de Belén a María y José cuando nació Jesús”, rogó Francisco.
Además, Jorge Mario Bergoglio deploró que Siria siga “marcada por la guerra”, recordó que Irak sigue “herido y dividido por las hostilidades que lo han golpeado en los últimos quince años” y mencionó el “conflicto en gran parte olvidado” en Yemen.
Recordando su viaje reciente a Bangladesh y Myanmar, el Papa Francisco exhortó a la comunidad internacional a no dejar de “trabajar para que se tutele adecuadamente la dignidad de las minorías que habitan en la región”.
Ayer, en su mensaje tras el rezo del Ángelus desde el palacio pontificio en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco pidió paz para todo el mundo, en especial para aquellos pueblos que sufren conflictos, además que sean liberados los religiosos y fieles secuestrados.
Más tarde, el Pontífice católico presidió en la Basílica de San Pedro la Misa de Gallo -la quinta de su pontificado-, donde comparó la travesía de María y José a Belén con la migración actual de millones de personas que se ven obligadas a dejar su país en busca de una vida mejor, o para sobrevivir, al expresar esperanza de que nadie sienta que no hay lugar para ellos en este planeta.
“Tantos otros pasos se esconden en los de José y María […] Vemos las huellas de familias enteras obligadas a emigrar actualmente. Vemos las huellas de millones de personas que no eligieron escapar, sino que fueron desplazados de sus tierras, dejando atrás a sus seres queridos […] En muchos casos su salida está llena de esperanza, de esperanza para el futuro. Sin embargo para muchos otros esa travesía tiene un solo nombre: sobrevivencia”, dijo el Papa durante la homilía.
-Con información de EFE y AP.