Dante quiere gobernar nuevamente Veracruz, el interinato de cuatro años no le bastó, para eso formó su partido, ha intentado que lo elijan sus paisanos desde que salió de la cárcel. Lo hizo en 2004 y 2010, montándose en la otrora poderosa estructura del PRD. Pagó sus dos intentos aliándose a Andrés Manuel López Obrador y al sol azteca, en 2006 y 2012. El obstáculo mayor para ganar la gubernatura de su patria chica, siempre ha sido la falta de coincidencia temporal entre las elecciones de Gobernador y Presidente de la República, pero la suerte pareció cambiarle cuando en su Estado natal decidieron que para 2018 se empatara el calendario electoral. Solo había que esperar la suerte de AMLO en la fundación y evolución de Morena. Si en 2015, ese partido lograba refrendar registro y desbancar al PRD como representante del polo de izquierda, podría pactar su candidatura a gobernador, a cambio de una alianza presidencial a favor del Peje. Pero reza el refrán, “del plato a la boca, se cae la sopa”.
Empatar las elecciones en Veracruz implicó que, en 2016, se eligiera a un gobernador de dos años. Dante se guardó, no había con quién aliarse, por lo que su partido tuvo que participar en solitario. Movimiento Ciudadano obtuvo un ridículo 1.21 % de los votos, resultando electo gobernador, Miguel Ángel Yunes, aquel secretario general de Gobierno de Veracruz que, acusándolo de embolsarse ilegalmente 450 millones de pesos de las arcas estatales, lo metió a la cárcel en 1996. Después de ese momento político, a la ansiada gubernatura de Dante le empezaron a salir alitas. Aun así, como ya se le había hecho costumbre, intentó cambiarle sus fichas a Andrés Manuel, pero éste lo bateó, ya tiene gallo, se llama Cuitláhuac García, diputado federal morenista que en 2016 llegó a la contienda estatal como ofrenda a la piedra de los sacrificios, pero salió de ella convertido en una verdadera revelación política, pues, para azoro de todos, por poco gana la gubernatura veracruzana.
Por eso refunfuñó contra el Peje y se acercó a Anaya, quien con vocación de víbora acechante lo recibió en su Frente Ciudadano y le dio cuerda, a pesar de tener claro que la candidatura panista a la gubernatura de Veracruz, en 2018, será para uno de los hijos de quien con dinero sucio compró al partido de Gómez Morín, Yunes. El niño tramposo jugó con Dante esperanzado en que bajase su calentura, pero hoy lo está conociendo realmente. El veracruzano lo presiona un día sí y otro también, manifestando preferencia por Mancera o por Moreno Valle para que cualquiera de estos sea el candidato presidencial frentista, sabe que esto no es posible, que Anaya primero disuelve su engendro que entregar la candidatura presidencial, pero con esa consecuencia amenaza e intriga. ¿A quién se le ocurre invitarlo a la fiesta?
Parece que el tiempo de los partidos franquicia ha caducado. Las alianzas ya no les dan para mantener registro, ahí están los casos del PES, Nueva Alianza y Verde, quienes en toda elección local que se alían al PRI, pierden sus registros estatales, y lo más grave para ellos, sus prerrogativas. El PRD sobrevivirá a 2018, pero en calidad de morralla y comenzará la liquidación de su despojo. El PT se sujeta al clavo ardiente que representa la candidatura de AMLO, sobrevivirá, pero también por poco tiempo, pues si Morena gana la presidencia, el PT sería una estorbosa carga del pasado, y si pierde, una rémora insostenible. Dante y su MC quieren sobrevivir a costillas de los partidos grandes, pero quiere también Veracruz, Ciudad de México y Jalisco. Si su juego cuaja, habría un nuevo actor en la disputa por el poder nacional. Él es un hombre de riesgos, ya estuvo en la gloria y la cárcel. Vivillo desde chiquillo.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com
