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lunes, octubre 7, 2024
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El límite de la política: mediocridad y populismo

México no merece la clase política que actualmente tiene. Los seudo políticos, que no políticos, de todos los partidos, unos más, otros menos, pero al final todos buscan obtener el poder a costa de cualquier cosa. Los sismos y las tragedias naturales han sacado a flote lo que siempre existió: la miseria humana.

Ladrones que se aprovechan para hurtar, sirviéndose de los problemas. Militares que ayudan y otros que roban, según la revista Proceso. Gobernantes que se quieren apropiar de las donaciones de la sociedad para vanagloriarse con sombrero ajeno. Aspirantes a puestos de elección que en sus donaciones exhiben sus nombres para sacar ventaja política. Televisoras que inventan realitys shows para aumenta la audiencia. Precandidatos que utilizan la tragedia para auto promoción. Todos quieren aparecer en la foto, preocupados por el pueblo.

Por otro lado, circulan en las redes decenas de propuestas populistas, incongruentes, ignorantes y desafortunadas. Cada quien, según su agravio o deseo de popularidad, hace las propuestas más descabelladas: eliminar el financiamiento público de los partidos; desaparecer los partidos; quitar a los plurinominales; suprimir al senado, solo que haya Cámara de Diputados; evitar las elecciones de 2018; que los legisladores ganen como un albañil o un mecánico (sin ofensa para estos); retirar el fuero.

Pero lo peor es el grado de populismo de ciertos partidos, que ya hasta iniciativas presentan; sin embargo, ellos, con un gran desconocimiento de la ingeniería constitucional mexicana, están golpeando el diseño constitucional del Estado mexicano. ¿Qué creen que pasaría si los partidos no tienen apoyo estatal? Los narcos, las grandes empresas y los gobiernos, por abajo del agua, apoyarían a sus partidos, creando inequidad. Los más beneficiados serían el PRI y PAN; el primero porque tiene el gobierno federal y varios gobiernos locales de su parte, téngase presente el caso del Estado de México; lo que ganó fue el dinero. El PAN porque tiene 18 estados que gobierna. Sí, no habrá financiamiento público, pero el privado será predominante y las empresas dictarán la política nacional, como sucede en EUA, o lo que sería peor, el narco. Además, al renunciar a sus prerrogativas, el dinero se regresará a la Tesorería y el Presidente y su grupo, así como los gobernadores, contarían con grandes recursos financieros para apoyar a los damnificados y subir su popularidad y la de su partido.

Hay una enorme ignorancia de cómo funciona nuestro sistema electoral. Es predominante de mayoría, 300 distritos que obtiene mayoría, gana; aunque sea por un voto, con un ajuste en el sistema proporcional. Sí, es una fórmula para que las minorías tengan representación en las cámaras. Pues los partidos grandes, en este caso PRI, PAN y PRD, tal vez ahora Morena, se llevan casi todos los diputados de mayoría. A manera de ejemplo, en 2015, el PRI tuvo 156 diputados de mayoría, suficientes para que, por sí solo, tuviera mayoría; como resultado, podría legislar lo que quisiera. Si se da la propuesta del PRI de eliminar los plurinominales, regresaremos a los años 60s y este partido sería quien dominaría la cámara. El PES, PANAL, PT y tal vez el MC, sus electores no estarían representados. En el Senado también las dos fuerzas mayoritarias serían PRI y PAN; el PRD tendría solo 6 y los demás nada. Aunque ahora Morena seguro sacará a varios, cuando menos los de la Ciudad de México, pero toda la oposición no tendría la fuerza de detener al PRI. Si cuando menos, este partido fuera como fue en otro tiempo, defensor de la soberanía, la educación pública, la economía popular, el combate a la corrupción; el problema sería menor, pero está secuestrado por el Grupo Atlacomulco y comerciantes de la política, corruptos dispuestos a aprobar cualquier cosa.

Establecer un sistema electoral no es una decisión popular ni política, es una decisión técnica, de ingeniería constitucional.

México carece de líderes. El verdadero líder debe tomar en cuenta a sus representados, pero asumir y hacer vales sus ideas. Todos revisan las encuestas en la mañana para saber qué quiere el pueblo y proponerlo como ideas propias. Entiendo que el pueblo está molesto con los partidos y los políticos. Se lo han ganado a pulso. Pero no debemos legislar sobre la arquitectura constitucional solo para obtener votos. ¡Qué pobreza de políticos! Legislar bajo presión y por populismo nos llevará a un enorme retroceso democrático, aunque por ahora parezca una victoria.

 

Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo:amador_rodriguezlozano@yahoo.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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