En días recientes, dos hechos han sacudido a la clase política de Guerrero. El asesinato del ex alcalde perredista de Zitlala, Francisco Tecuchillo Neri, así como del ex dirigente estatal del PRD, Ranferi Hernández Acevedo.
Ambos homicidios fueron perpetrados con violencia. En el primer caso, el rastro del crimen organizado es muy claro, toda vez que se dejó un narcomensaje. Mientras que en el referente a Hernández Acevedo, su cuerpo se halló en condiciones de calcinación.
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Francisco Tecuchillo apareció tendido sobre la vía pública en la cabecera municipal de Chilapa de Álvarez. En tanto, el cadáver de Ranferi Hernández fue localizado sobre la carretera Chilapa-Chilpancingo.
Según se ha dado a conocer, por Chilapa se trasiega amapola, la cual “se siembra en la montaña”. También es sabido que en esa localidad, el grupo delictivo “Los Ardillos” tiene presencia.
Por lo que respecta al ex munícipe de Zitlala, Francisco Tecuchillo Neri, quien fue secuestrado y lesionado con arma blanca, aún presentaba signos vitales una vez que sus captores lo abandonaron en la vía pública, el viernes 13 de octubre.
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La policía estatal informó que cuando fue localizado en las inmediaciones de la escuela Domínguez Sánchez, se encontraba herido del cuello y estaba tendido y esposado con las manos por detrás.
Paramédicos de Protección Civil lo trasladaron al Hospital General de Chilapa de Álvarez, donde murió mientras era atendido.
De acuerdo al testimonio de quien dijo ser su hermana, Mercedes Tecuchillo Neri, el 9 de octubre, varios sujetos con armas largas y vestimenta estilo castrense, lo privaron de su libertad, en el barrio de San Mateo de Zitlala, usando su propia unidad vehicular para llevárselo “con rumbo desconocido”, cita un comunicado.
Tecuchillo Neri se desempeñó como presidente municipal de 2012-2015.
En el sitio donde sus agresores lo abandonaron, autoridades encontraron un narcomensaje: “Esto les va a pasar a todos los que apoyen a los putos Ardillos. Atte. Los Jefes”. Según publicó la revista Proceso, citando un “reporte oficial de la policía estatal”, los líderes del grupo delictivo “Los Ardillos” son “hermanos del dirigente perredista Bernardo Ortega Jiménez”, quien pertenece a la corriente partidista Nueva Izquierda.
También ha trascendido que la banda de “Los Ardillos”, identificada por actividades de venta y producción de droga, fue fundada por Celso Ortega Rosas, padre de Bernardo Ortega.
En tanto, el 15 de octubre, en la Montaña Baja de Guerrero, cerca de la comunidad de Nejapa, adscrita al municipio de Ahuacuotzingo, Ranferi Hernández Acevedo fue hallado muerto y quemado, en conjunto con su esposa, suegra y chofer, al interior de un vehículo, sobre la carretera Chilapa-Chilpancingo. El perredista y sus acompañantes se reportaron como desaparecidos el 14 de octubre, una vez que habían partido de ese municipio a Chilapa. Cuando efectivos de la policía estatal ubicaron la camioneta en que se trasladaba (Ford Escape), la unidad vehicular aún estaba en llamas.
Ranferi Hernández encabezaba el Movimiento Social de Izquierda (MSI), con “presencia en la Montaña Baja, región centro y parte de la Costa Grande”. El líder histórico del PRD también promovía a nivel estatal un grupo de apoyo al dirigente de Morena y aspirante presidencial, Manuel López Obrador.
En memoria de Francisco Tecuchillo, así como de Ranferi Hernández, la cámara de diputados de Guerrero guardó un minuto de silencio.
