La Paz, Baja California Sur.- El ya tradicional Encuentro Literario “Lunas de Octubre” llegó a su desenlace el viernes 27 de octubre de 2017, luego de dos maratónicos días de lecturas, mesas de análisis, presentaciones editoriales, conferencias, charlas y otros diálogos intensos en torno a periodismo y literatura, cuyo acontecimiento cultural cada año convoca a decenas de autores de diversos rincones del país en La Paz.
Fundado en 2004 por el poeta Edmundo Lizardi y secundado por entrañables escritores norteños que también colocaron la primera piedra como Daniel Sada y Federico Campbell, entre otros, el Encuentro Literario “Lunas de Octubre” tuvo como sede este año el Centro Cultural La Paz, a su vez ubicado a solo dos cuadras del inmenso malecón paceño desde donde es posible apreciar la quietud del agua diáfana de la antigua “Bahía de la Santa Cruz”, hoy La Paz.
En la mesa de clausura titulada “Periodismo y literatura en México” incursionaron autores como Héctor de Mauleón, Luis Aguilar, Juan José Rodríguez, Armando Alanís, y Edmundo Lizardi haciendo de moderador, quien propuso para empezar una charla “de palpitante actualidad” en torno a las redes sociales que han invadido al periodismo y la literatura:
“A mí me interesa lo que en los 60 los nuevos periodistas del new journalism estadounidense llamaron literatura de emergencia, creo que eso se está dando en los medios digitales, particularmente Facebook, Twitter, y esto ha revolucionado un tanto el lenguaje, el lenguaje periodístico, se habla de periodismo ciudadano, de fake news, pero dentro de toda la basura que puede haber ahí también hay cosas muy rescatables que sirven de contrapeso y como fuente de información genuina que contrasta con el control que sobre los medios se tiene en México en términos generales”.
El escritor Juan José Rodríguez, que por cierto presentó su más reciente novela “Lady metralla” (Ediciones B, 2017), respondió al planteamiento de Lizardi: “Es cierto que en partes el periodismo está petrificado y estatizado, los nuevos portales han abierto un periodismo ciudadano, pero también a veces han generado confusión y más conflictos”.
“Yo siento que el problema de un portal de una persona que informa o un grupo de anunciantes que tengan una página de Facebook muy leída, es la falta de un personaje invisible que es el editor”, sentenció Juan José Rodríguez.
Autor de “Coitus interruptus” (La Terquedad Ediciones, 2016), el escritor Armando Alanís Canales explicó cómo la información pululó en la nube virtual a través de las redes sociales, una vez reestablecidas, tras el sismo del 19 de septiembre de 2017 en el centro del país:
“En cuanto las redes volvieron a funcionar, porque de momento se quedaron sin funcionamiento, empezó todo mundo a subir información y de cómo estaban las cosas en la colonia o en la calle por donde ellos andaban cuando ocurrió el terremoto; entonces, es una especie de crónica que se hace entre muchas personas prácticamente en el momento en que se está generando la noticia, y no hay forma de comprobar si eso pasó o no.
“Las redes sociales de pronto creo que son una gran herramienta para informarnos de muchas cosas y también para que se escuche la voz ciudadana, es una voz ciudadana múltiple que antes estaba silenciada y que ahora puede expresarse aunque no todo lo que diga sea preciso o pueda comprobarse”, advirtió Alanís Canales.
Con su poemario “Ak-47” (UANL, Papeles de la Mancuspia, 2017) bajo el brazo, el escritor Luis Aguilar valoró el uso responsable de las redes sociales minutos y horas después del terremoto; no obstante advirtió que se trató de una reacción extraordinaria:
“Me parece que hay un área que es la politización de la ciudadanía, el ejercicio de la ciudadanía con relación con el gobierno que no termina de madurar; y decisiones gravísimas que nos afectan directamente como ciudadanos no encuentran en las redes la respuesta que, quienes nos preocupamos por el país o por el mundo futuro, esperaríamos. Es decir, fuera de una emergencia como la del terremoto, inundaciones o huracanes, la respuesta ante la vida del país, que es lo que marca la vida política de todos nosotros, si hablamos de obras, de impuestos, de corrupción, de impunidad, recibe menos atención y casi siempre la recibe en un sentido humorístico”.
En su turno, Héctor de Mauleón fue enfático: “Yo creo que hay una confusión seria: El hecho de que tengamos redes sociales y reportemos cosas eso no significa que estemos haciendo periodismo, simplemente significa que hay una sociedad que tiene unas herramientas tecnológicas que le permiten articularse de alguna manera y comunicarse cosa, eso no quiere decir que eso sea periodismo”.
El subdirector y editor de la revista Nexos ejemplificó con la abundancia de usuarios de las redes sociales emitiendo mensajes luego del terremoto del 19 de septiembre:
“En este terremoto, gracias a las redes sociales se pudo articular todo en cuestión de minutos: ‘necesitamos unas palas’, ‘necesitamos un trascabo’, ‘necesitamos que vengan cien personas a cargar piedras’, etcétera; pero, insisto, esto es una forma de articulación social y de conocimiento social, pero no es una forma de periodismo; creo que todavía falta mucho para que podamos hablar de que esto sea una forma de periodismo exprés, por decirlo de alguna manera; pero esto sí obliga a que los periodistas de la vieja escuela, digamos, tengan que ser más rigurosos en sus códigos, tengan que utilizar herramientas más afinadas y afiladas a la hora de hacer su trabajo”.
Finalmente, organizado por el Instituto Sudcaliforniano de Cultura que dirige Christopher Amador Cervantes, a través de la Coordinación de Fomento Editorial a cargo de América Pineda, en coordinación con la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Paloma Vergara, Jorge Briseño, Karla Castillo y el escritor Edmundo Lizardi, el Encuentro Literario concluyó con un convivio y cena a la orilla del tibio mar bermejo donde, como cada noche, los diálogos se prolongaron hasta el amanecer el día en que “Lunas de Octubre” celebró catorce ediciones consecutivas.
