La estrategia que han dictado los jefes del Partido Acción Nacional en el Gobierno del Estado, es que cada uno de los panistas en la nómina estatal (aún no se extiende a las nóminas en los tres ayuntamientos que encabezan militantes de ese partido), se comprometerá a por lo menos, convencer a 40 personas de votar por el PAN en las elecciones de 2018 en Baja California. La medida implica llevar nombre, número de credencial de elector y ese tipo de datos que gustan a los políticos para soñar con votos, sabedores que dadas las circunstancias de señalamientos de corrupción y mal gobierno, Acción Nacional podría perder las elecciones del próximo año en BC e incluso peligra 2019, debido a las decisiones que los legisladores están tomando a favor de las iniciativas endeudadoras de Francisco Vega, especialmente cuando estos diputados tendrán la opción de reelegirse.
El martes 26 de septiembre, en la sede albiazul en Tijuana, el secretario de Educación, Miguel Ángel Mendoza González, reunió a funcionarios que trabajan en su dependencia -panistas y no- para explicarles el plan 40×1 y asumir el compromiso de cumplirlo. A los militantes no les quedó más que aceptar, mientras a los extraños al partido les sorprendió la petición política desde el gobierno. Los azules no andan tan errados en su teoría. En caso de que lograran que todos, todos los 9 mil 830 militantes que refrendaron su participación activa, llevaran 40 votos para ese partido, al final obtendrían 393 mil 200 sufragios, considerando que en 2012, Ernesto Ruffo y Víctor Hermosillo ganaron la elección al Senado con 390 mil 622 votos. Falta ver que jale la base azul, y por supuesto, que el electorado refrende la confianza al PAN, ahora encabezado por Francisco Vega de Lamadrid en Baja California.
