Pese a que directivos del Servicio Médico Forense manifiestan que en las instalaciones en Tijuana se trabaja sin problema y de forma regular, trabajadores de dicha institución y de funerarias contradicen tal versión; aseguran que ahí “no se dan abasto”, sobre todo por la ola de violencia que se vive en la ciudad, aunado a que a los refrigeradores les falta mantenimiento, provocando que los cuerpos se descompongan de forma muy rápida y después no sirvan para su identificación
Cuerpos apilados en mesas porque no alcanzan los espacios para su refrigeración, líquidos y fluidos que se esparcen por los pasillos, un olor fétido que se impregna en cuanto las personas se acercan a la recepción y una gran cantidad de cuerpos no reconocidos y enviados a la fosa común, es la manera en que trabajadores describen las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), derivado principalmente de la intensa ola de violencia que se vive a diario en la ciudad.
Violencia que hasta el jueves 7 de septiembre había dejado mil 108 personas asesinadas, según la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE), cuerpos que conforme ha pasado el tiempo, se han estado acumulando en las instalaciones, debido a que solamente se cuenta con capacidad para 120 cuerpos debidamente instalados en refrigeración para mantenerlos estables para su futuro reconocimiento.
En estas circunstancias “no se está dando el ancho”, como bien señaló a ZETA el trabajador de una funeraria que lleva más de 30 años en el oficio y 25 laborando directamente con el Semefo. El hombre, quien prefirió el anonimato, agregó que parte del problema se agrava debido a que también “hace falta personal, los refrigeradores no sirven del todo y el Ministerio Público está tardando mucho para liberar los cuerpos”.
Tercera ocasión que sufren de acumulación, segunda en el año
Esta es la tercera ocasión que se presenta una acumulación de cuerpos, como bien señalaron los trabajadores, la primera se dio en los años noventa, de la cual no existe demasiado antecedente, pero la más reciente fue en enero del presente año, la cual se dio a consecuencia que diciembre de 2016 fue el mes más violento, con 112 víctimas, y a que el propio Ministerio Público cambió las formas y requisitos para liberar los cuerpos que se reclaman.
Sobre esa situación, ZETA reportó el 20 de enero la denuncia de algunos familiares porque en el lugar había un “problema de insalubridad en las instalaciones”, puesto que se habían acumulado los cuerpos y estos no estaban siendo entregados a los familiares que los reclamaban, incluso se mencionó que algunos de estos familiares inconformes llevaban más de tres días esperando las liberaciones, debido a que eran muchos los cadáveres, en reclamo a que no se estaban dando abasto.
Sobre esa ocasión, el propio Poder Judicial de Baja California aceptó que “debido a la gran cantidad de cuerpos que se recibieron en las instalaciones durante diciembre de 2016, los trabajos propios de la institución se habían acumulado”, situación que los orilló a llevar personal de otras delegaciones de Semefo en la entidad para que les ayudaran con los trabajos, sobre todo con los trámites correspondientes para destinar cuerpos no reclamados a la fosa común.
Incrementa la violencia, incrementan los cuerpos de las víctimas
Sin embargo, esta situación se pudo solventar durante algunos meses gracias a que llegó una nueva persona encargada precisamente de los trámites para enviar los cuerpos no reclamados a la fosa común, pero conforme se fue agravando la situación de violencia en la ciudad, las víctimas fueron incrementando y por ende los cuerpos se han venido acumulado y saturando la capacidad del Semefo.
Incluso se ha contratado a dos médicos legistas más (antes había nueve, ahora son once) para poder solventar la carga de trabajo, como lo hizo saber a ZETA el doctor César Raúl González Vaca, coordinador general del Semefo en el Estado, ya que son estos quienes se encargan de hacer las autopsias y los reconocimientos de los cuerpos que ingresan.
El coordinador aceptó que han tenido un incremento en la recepción de cuerpos con relación a años pasados, sobre todo de aquellos que ingresan con heridas de arma de fuego, pero no proporcionó una cifra porque el Servicio Médico Forense no contabiliza los cuerpos como tal, sino que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se encarga de determinar si algunos fueron por suicidio, por homicidio o de forma accidental, aunque reiteró que han tenido un incremento significativo en ese sentido.
A pesar de que el trabajador de la funeraria confió a este Semanario que los 120 espacios en refrigeración están llenos y hay mesas con cuerpos apilados constantemente, el doctor González Vaca refirió que por ahora sí andan al límite, pero solamente con 100 y 120 cuerpos, cantidad que varía de acuerdo a las salidas y entradas que se presentan.
Ministerio Público retrasa liberación de cuerpos
El trabajador de la funeraria acusa que otro de los problemas es que el Ministerio Público genera esta situación porque retrasa y complica la liberación de los cuerpos, lo sabe bien porque desde hace 25 años trabaja haciendo lo mismo y recorre día con día las entrañas del Semefo porque la PGJE tiene un convenio con las funerarias para que realicen labor de levantar los cuerpos del área donde se encuentren y llevarlos al Forense.
Situación que el doctor González Vaca parece compartir cuando señala que es precisamente durante el trámite de la liberación de cuerpos donde llegan a trabarse un poco, al estar a expensas del propio Ministerio Público.
El proceso se activa una vez que ingresa el cuerpo a sus instalaciones, posteriormente el Ministerio Público les hace llegar un oficio para solicitarles si se va a hacer autopsia o reconocimiento del mismo, ya que se realizan esos trámites, pasa la familia para identificar el cuerpo mediante fotografías, o si quieren hacerlo con el cuerpo presente; una vez que se reconoce, se manda un oficio a la PGJE para que emita la carta de liberación.
Cuando un cuerpo no se identifica, se dejan pasar 15 días, que es lo que establece la Ley, y se envía una lista al Ministerio Público para informarles que ya tienen más de 15 días y no han sido reclamados, son ellos quienes le dicen al Semefo “cuál sí y cuál no se manda a fosa común”, ambas situaciones provocan que algunos cuerpos se quedan un periodo más, algunos porque siguen bajo investigación.
Es en este paso, el coordinador general refiere que “a veces nos trabamos un poco porque estamos a expensas de ellos”, además, porque en los trámites para fosa común participan diversas instancias como Panteón Municipal, Regulación Sanitaria, Registro Civil, PGJE, DIF, Semefo, entre otros.
De todos los cuerpos que se mandan a la fosa común se hace un libro de registro, es decir, la procuraduría toma muestras de restos óseos y el Semefo de fotografías con todas las señas particulares de los cuerpos, para que las personas que tengan algún familiar desaparecido puedan ir a corroborar y, si identifican el cuerpo, se les dice dónde está enterrado, por si desearan exhumarlo.
Al momento se han ido 581 cuerpos a la fosa común porque no se identificaron o aunque lo hicieron, muchos no fueron reclamados porque “no les interesa”, compartió el coordinador, sin embargo el empleado de la funeraria dice que fácilmente han salido unos 900 cuerpos directamente para la fosa, es decir, un promedio de 100 por mes, según sus cálculos.
Un porcentaje que jamás había visto en los más de 20 años que lleva trabajando ahí, situación que en los casos que corresponden a cuerpos por homicidio, los familiares ya no los reclaman por miedo o lo hacen una vez que llegaron a la fosa común para no levantar sospechas de los rivales y así evitarse alguna consecuencia.
Cuerpos en descomposición, refrigeradores sin mantenimiento
El hecho de que los cuerpos no se liberen de manera más rápida, provoca también la acumulación y, refiere el empleado de la funeraria, los refrigeradores que tienen en las instalaciones no funcionan adecuadamente, les falta mantenimiento y no se dan abasto con todo ello.
Aunado a que los cuerpos que se quedan afuera se descomponen en tres o cuatro días, los que se quedan durante más tiempo se “queman”, es decir, que se ponen negros por tanta refrigeración y ya después no son tan fáciles de identificar por los familiares, quienes los dejan porque no están seguros de que se trate de su ser querido.
Al respecto, el coordinador general reiteró que cuatro refrigeradores están cumpliendo un “uso rudo” durante las 24 horas los 365 días del año, por lo tanto, sí requieren un mantenimiento constante, y Servicios Generales del Poder Judicial siempre está al pendiente de cuando lo necesitan.
“Lo que pasa es que cada refrigerador tiene dos motores y a veces se descompone uno de ellos y comienza a subir la temperatura. Para mantener un cuerpo en estado de conservación debe estar el refrigerador entre 3 y 5 grados Centígrados, hay ocasiones que llegan a los 12 grados y es cuando llegan a presentarse los malos olores en el lugar”, justificó.
Sin embargo, también es imposible evitarse ello por las condiciones climáticas de cada localidad, en este caso puede influir que los cuerpos se descompongan prontamente por el calor, cosa que en otros lugares del país se tarda mucho, pero han estado al pendiente de todas estas situaciones, como el hecho de que no cierren bien las puertas y demás.
Defiende que tiene que ver porque obviamente para eso de la refrigeración se requiere de un mantenimiento y es muy costoso, por ello tienen que estar muy al pendiente porque en cualquier momento algo puede suceder y le tienen que dar la solución lo más rápido posible para no tener las instalaciones insalubres con el olor fétido que provoca.
Para evaluar dicha situación, durante dos semanas se hizo la petición al personal correspondiente del Poder Judicial para hacer un recorrido en las instalaciones y comprobar que el funcionamiento fuera adecuado, sin embargo, nunca se respondió a dicha solicitud a pesar de las constantes llamadas y mensajes.
Aun así, buscan acreditación como uno de los mejores
El doctor González Vaca agregó que actualmente están en constante actualización del personal y siendo evaluados por un programa estadounidense para su posterior acreditación; en tal valoración, el Semefo Tijuana salió como el segundo mejor calificado en ese sentido, después del de Mexicali.
“Ahorita estamos funcionando bien, sí tenemos necesidades como cualquier Semefo del país, pero creo que se han estado solventando de manera satisfactoria todas estas necesidades y se ha estado haciendo el trabajo de manera adecuada”, manifestó.
Pero el empleado de la funeraria remató que más allá de lo que se diga, “los gusanos, los fluidos derramados en el suelo y los olores fétidos jamás se van a terminar”, sobre todo si no se da un buen mantenimiento tanto a los refrigeradores como a las instalaciones.