Cientos de visitantes se congregan para atestiguar un ritual ancestral alrededor de una circunferencia de 14 metros de diámetro cubierta de arena, desde donde se erige un mástil de madera de 18 metros de altura, en la explanada del Centro Cultural Tijuana (CECUT).
Se trata de la ceremonia de los Voladores de Papantla que por segundo año consecutivo comparten en el prehispánico ritual como parte de las actividades del “Festival México: Folclor, arte y tradición” en 35 Aniversario del organismo federal.
Desde muy lejos se escucha también el sonido de la chirimía y un tamborcillo con los que el sacerdote principal interpreta el “Son del perdón” y “Son del viento”, en tanto sus compañeros, los “hombres-pájaro”, “vuelan” desde lo más alto del mástil.
Mientras el señor Alberto de León, maestro de la ceremonia, ejecuta el “Son del viento”, sus compañeros Apolinar Méndez Salazar, Rogelio Hernández, Tirso Salazar y Luis Fernando Méndez se arrojan de espaldas al vacío, atados con una cuerda del torso y piernas; entonces los transeúntes y automovilistas observan desde el Paseo de los Héroes de la Zona Río la tradicional ceremonia.
Ataviados con su vestimenta típica de la cultura totonaca de Veracruz de color blanco y rojo, los “hombres-pájaro” viajan por diversas ferias y festivales del país, y en esta ocasión permanecerán en Tijuana desde el 13 de septiembre hasta el 29 de octubre en el CECUT.
Finalmente, el Centro Cultural Tijuana informó que los Voladores de Papantla ofrecerán la precolombina ceremonia los martes y miércoles a las 16:00 y 18:00 horas; los jueves y viernes a las 10:00 am, 11:00 am, 16:00 y 18:00 horas; los sábados y domingos el ritual se repetirá a las 12:00, 14:00, 16:00 y 18:00 horas hasta el 29 de octubre de 2017.
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO
Desde 2009, la Ceremonia Ritual de Voladores de Papantla se encuentra en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
De acuerdo con el Expediente Técnico Ceremonia Ritual de Voladores de la Secretaría de Cultura, en su apartado de “Usos sociales, rituales y actos festivos”, refiere:
“La Ceremonia Ritual de Voladores es una verdadera obra de arte que sintetiza el significado de li tutu nakú: el ‘ser totonaco’. Reafirma la identidad grupal y la conciencia de continuidad de las etnias practicantes, -ya que se asocia al ciclo de la vida-, expresa una visión del mundo presente y pasado y expresa la necesidad de mantener relaciones de armonía y respeto con la Naturaleza. Es muy importante que los Voladores y la comunidad en su conjunto cumplan con el periodo previo de trabajo espiritual personal (ascesis y purificación), ya que si durante el Ritual ocurriera un accidente se interpretaría como una mala señal.
“La Ceremonia Ritual de Voladores se realiza durante fiestas patronales, y/o en los carnavales, en los solsticios y equinoccios, en las festividades de los muertos y en ceremonias asociadas con la siembra y la cosecha. La etapa de vuelo puede realizarse en cualquier momento con fines de exhibición, por lo que los Voladores constantemente deben mantenerse preparados física, mental y espiritualmente”.
Asimismo, detalla que la Ceremonia Ritual de Voladores de origen mexicano ha sido practicada por diferentes grupos étnicos mesoamericanos en diversas épocas por culturas como Totonaca, Teenek, Nahua, Ñañhu y Maya.
“Es en la región del Totonacapan donde resulta más evidente su valor representativo y emblemático, asociado a la existencia comunitaria y reforzado por su cercanía con El Tajín, importante centro Ceremonial y cosmopolita prehispánico (del siglo VIII al XII: Clásico Tardío) en donde confluyen diversos grupos”, concluye el documento.