En nuestra columna anterior, en relación al llamado “Bordo” y de sus moradores, dijimos: “Ante todo lo anterior y sobre todo, por el reclamo de la opinión pública, las administraciones municipales pasadas y antepasadas hicieron algunos esfuerzos por atender el tema, pero no hubo una solución integral”.
En meses pasados, la priorización de la presencia policiaca generó la disminución de la vigilancia en la canalización del Río Tijuana, lo que provocó el regreso de los indigentes a esa área y como resultado, las llamadas de atención de la población hacia las autoridades, a la vez que éstas mismas hacían ver la urgente necesidad de que se implementaran medidas efectivas para desalojar a la más importante infraestructura pluvial de la ciudad.
Afortunadamente, en lugar de que las autoridades planearan un “operativo policiaco”, se concertó con oficinas gubernamentales de los tres niveles de gobierno el denominado “Programa de Inclusión de Personas en Situación de Calle”.
En dicha acción inédita participaron todos los servidores públicos competentes en el tema y de acuerdo a lo establecido, el jueves antepasado antes de la medianoche, todos en sus puestos se prepararon para llevar a cabo dicho programa.
Para que el evento fuera completo, la sociedad civil organizada también estuvo presente, contando con casi medio centenar de Centros de Rehabilitación y Reintegración que, en coordinación con el Consejo Municipal de Organismos de la Sociedad Civil, se prepararon y fungieron como receptores de las personas beneficiadas por el programa, quienes tendrán una segunda oportunidad para mejorar su calidad de vida.
Nuestra presencia en la primera etapa del programa se dio desde las 11:00 p.m. de ese jueves hasta las 11:00 a.m. del día siguiente. Durante 12 horas que laboramos ininterrumpidamente, estuvimos recibiendo a cientos de personas sorprendidas que no podían creer cómo se les trataba con tanta consideración, siendo primeramente recibidos por médicos, psiquiatras, promotores sociales y ciudadanos que de forma voluntaria estábamos allí para brindarles un trato humano y abrirles las puertas hacia una mejor oportunidad de vida.
Tijuana amaneció ese viernes con cientos de personas arrebatadas de los vendedores de droga y delincuentes, salvándolos del peligro de ser atropellados. Con nuestra ayuda, hoy durmiendo en una cama, protegidos de la intemperie y con un plato de comida caliente para saciar su hambre.
El sábado recorrimos los centros de rehabilitación para llevar alimentos y artículos de primera necesidad, situación que repetimos una semana después e incluso esta misma semana, atestiguando las aportaciones del Ayuntamiento de la ciudad y del gobierno del Estado, consiguiendo casi tonelada y media de donaciones de comida que distribuimos entre estos centros ya mencionados, a la vez que nos cercioramos de que se les siguiera brindando el trato adecuado a los pacientes.
Es oportuno mencionar que una importante parte de esos alimentos fueron donados por el Club de Leones Otay Tijuana y que nos encontramos en pláticas con los diversos Clubes de Leones de la ciudad, con grandes posibilidades de recibir también su generosa ayuda en el mismo sentido, a través de un excelente esquema que se dará a conocer en su momento.
Por lo pronto, por este medio reconocemos la extraordinaria participación de todas las dependencias gubernamentales, de los centros de rehabilitación y de los voluntarios de Alianza Civil que en conjunto hicieron posible este programa sin precedentes y que nos da esperanza de que Tijuana mitigue en forma integral el hambre y combata las adicciones.
Todo es cuestión de la inclusión de personas en situación de calle.
Alberto Sandoval es Fundador y Coordinador de Alianza Civil, A.C. y Presidente del CO-MOSC. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albertosandoval.mx/ Facebook: Alberto Sandoval Twitter: @AlSandoval