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martes, febrero 20, 2024
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Añoranzas y obligadas comparaciones

En cuanto a los valores de familia:

Es razonable que, con el paso del tiempo, todo vaya evolucionando, notándose los cambios en la tecnología, las diferentes ramas de la ciencia, la educación, la política, sobre todo, en la aplicación de justicia y algunas innovaciones de últimas fechas, pretendiendo con esto resolver la problemática de seguridad que tanto afecta a la sociedad.


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Pero bueno, todo intento es válido, especialmente cuando es con el propósito de velar por los intereses de los ciudadanos, así como cuidar de la integridad de las personas, lo cual, el derecho penal lo considera como el más importante ente jurídico tutelado.

El tema es que, también en el ser humano, se ve reflejada la evolución, provocada por el paso del tiempo, sobre todo, en la conducta de los niños de primaria, secundaria, principalmente en los adolescentes de preparatoria y algunos de universidad que en sus conductas demuestran su inestabilidad emocional, caminando sin rumbo, sin un proyecto de vida, pero lo más triste y menos aceptable es que andan sin aspiraciones definidas.

En cuanto al cumplimiento de la naturaleza en lo referente a los sentimientos del enamoramiento con vistas a formar una pareja, esto también ha sufrido cambios muy radicales, ya que al parecer en esta época, dominada por la tecnología, también ha afectado la esencia del ser humano, en cuanto a los sentimientos intrínsecos, como lo son la fortaleza del espíritu, bondad, caridad, formalidad, honradez, pero ante todo, en los sentimientos afectivos, como lo es el amor.


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Se han terminado los detalles para conquistar a una mujer; se terminaron las citas furtivas, las cartitas (ya para qué, si existe Facebook), los ramos de rosas, las serenatas, el trato personalísimo donde tenías la oportunidad de admirar sus lindos ojos, donde con palabras bonitas a su oído, sentías que vibraba entre tus brazos. Pero ahora todo eso es cursi, es anticuado, es innecesario porque es más fácil para ellas y ellos mandarse mensajes insinuantes y hasta pornográficos, con fotos en las condiciones que el enamorado pida y la pretendida conceda.

Lo importante para los jóvenes no es intentar formar una pareja estable, sino divertirse tomando, teniendo sexo sin compromiso (y sin responsabilidad), al fin que el aborto ya está permitido. Y si deciden seguir con la relación, se juntan, yéndose a vivir a casa de alguno de los padres. Porque, no crean que tengan solvencia económica para formar un hogar que les cueste, desde la renta hasta lo que comen. Es ahí cuando les cae el veinte al hacer cuentas y saber lo caro que es la vida.

Algunos truncan su carrera que con tanto sacrificio les solventaron sus padres; deciden abandonar los estudios para convertirse en “padres”, ¡qué padre! Al cabo que mi papá o mi suegro me ayudan, y vamos a trabajar en un Oxxo para mantener a mi mujer y al niño que viene en camino, ganando 1,200 pesos a la semana, que luego se dan cuenta que esa cantidad no les alcanza ni para pañales.

La irresponsabilidad de los jóvenes de ahora (con sus honrosas y no pocas excepciones), demuestra que han perdido el rumbo, pero no solo el rumbo, sino hasta la vergüenza, porque he conocido algunos que ya rebasan los 30 años y aún viven en el domicilio paterno, disfrazando esta conveniencia como “acto de apoyo para que los viejos no vivan en la soledad”.

Es una tristeza lo que les espera a los hijos de esta generación, que está totalmente contaminada por una conducta de irresponsabilidad y falta de valores familiares (a lo mejor los padres tienen la culpa), porque ahora ya no les pueden llamar la atención y mucho menos educarlos o corregir sus faltas de respeto hacia sus mayores, porque los derechos de las niñas, los niños y adolescentes intervendrían inmediatamente.

En lo que sí estoy seguro es que pasará, al llegar esos menores a la edad adulta, que serán unos expertos en la tecnología del uso de las computadoras, los celulares, las tablets y demás aparatos electrónicos que, de darles el uso debido, los convertiría en unos eruditos en la materia. ¡Pero no! El uso de tan avanzada tecnología es para ligar, para ahorrar tiempo al momento de enamorar o de socializar. De hecho, esto no lo para nadie, ya que seguirán enamorándose por Facebook y casándose a distancia, sin saber ni conocer a la persona con la que compartirán su vida. Y no digo toda su vida (como antes), con esa frase que nomás de oírla me pongo a temblar: “Hasta que la muerte los separe”. Démosles el beneficio de la duda a tantos jóvenes que, por “amor”, unen sus vidas y no por cumplir con una norma legal.

 

Alfredo Flores Zamora

Correo: ocretle54@hotmail.com

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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