Quienes ya andan más pensando en la elección federal de 2018 que en hacer gobierno o administrar el área que les corresponde en la función pública, son los panistas. Aun cuando formalmente y en el Consejo Estatal del Partido Acción Nacional no se han definido las bases, los lugares por género, o las condiciones para aspirar a una candidatura a diputado federal, dos o tres ya andan muy alebrestados, y otros como Ricardo Magaña ya están haciendo campaña. De la nominación al Senado de la República nada dicen, pues creen que la pelea estará entre el ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán y la actual oficial mayor, Loreto Quintero Quintero. Pero lo que es en las diputaciones y en Tijuana, los panistas andan más que calientes buscando posiciones. De entrada, refieren en el PAN, Enrique Méndez, subsecretario de Gobierno, quiere el Distrito 4, mientras que el secretario del Ayuntamiento, Raúl Felipe Luévano, aspira a ser candidato por el Distrito 5, y Alejandro Monraz, titular del Seguro Popular, se quiere quedar con el Distrito 6. Considerando que el 50 por ciento de las posiciones son para mujeres, uno o dos de ellos se quedarán con las ganas, a menos, claro, que el resto de las candidaturas, las de Mexicali y los otros municipios, sean todas para damas. El problema es que los tres alborotados, Monraz, Méndez y Luévano, tienen altas responsabilidades que cumplir en la administración pública estatal y municipal en Tijuana, como para andar dedicando tiempo, esfuerzo -y seguramente recursos- a buscar candidaturas, en lugar de bien administrar los recursos públicos. Chambismo político electoral puro.