Del primero de noviembre de 2013 a la fecha, en Baja California han asesinado a 25 policías de las diversas corporaciones de seguridad, la mayoría de ellos en Tijuana, lo que en promedio significa que cada 52 días matan a un policía en la entidad. De estos, solo se han resuelto nueve casos
Un policía es asesinado cada 52 días en Baja California y solo en el 36 por ciento de los casos se culmina en detenciones, según cifras oficiales proporcionadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Los datos se obtuvieron a raíz de la solicitud de transparencia UCT 172885, respondida por la autoridad estatal, donde señalan que al 30 de junio de 2017 se habían dado 23 homicidios de agentes policíacos. Sin embargo, durante julio se cometieron dos crímenes más con fatales resultados: el asesinato del comandante de la Policía Municipal de Camalú, Antonio García García, el 7 de julio; y el del agente preventivo José Luis Núñez López el martes primero de agosto en Tijuana; en el primero de ellos se establece claramente la intervención del crimen organizado.
De estos 25 homicidios, solo hay resultados en nueve y, según el subprocurador de Investigaciones Especiales, José María González Martínez, la mayoría perecieron en cumplimiento de su deber; del resto no se sabe mucho.
El municipio más afectado por este tema es Tijuana, donde en 44 meses de administración estatal se ha abatido a 12 agentes, seguido de Mexicali, donde ocurrieron siete crímenes, tres en Tecate, dos en Ensenada y uno más en Rosarito; solo ha habido detenciones en Mexicali y Tijuana, por policías que atendieron robos o cumplimentando órdenes de aprehensión.
“Cuando se ataca a un policía no es solo contra la corporación, sino contra toda la sociedad”, comentó el presidente de la Fraternidad Policíaca, Antonio Navarrete Castillo, quien sugirió que siempre que se asesina a un policía, se le relaciona con alguna actividad ilícita, pero no es la realidad en todos los casos.
Pocas pistas en 14 de los 25 homicidios de policías
Si bien 14 homicidios de policías permanecen abiertos para investigación, el subprocurador José María González dijo no poder establecer los móviles de ellos, y al ser cuestionado sobre si el crimen organizado está relacionado en alguno, afirmó que no puede responder con rumores.
Sin embargo, estableció que dos casos quedaron perfectamente claros en el involucramiento del crimen organizado: el asesinato del comandante Antonio García García, en Camalú, y el de Jesús Enrique Andrade Lugo, policía ministerial ensenadense, pero comisionado a Tijuana.
En el primero de estos casos se comentó que a García García lo asesinaron debido a que se negó a pactar con un grupo criminal de San Quintín, por lo que lo acribillaron como represalia. De esto existe constancia, según comentó el funcionario.
Sobre el caso de Andrade Lugo, que por cierto el subprocurador fue involucrado a través de mantas colgadas en puentes de la delegación Mesa de Otay y Zona Río de Tijuana, el pasado 20 de abril, afirmó que también quedó claro que había involucramiento del narco en este tema.
Dijo que había sido detenido por el secuestro del empresario Candelario Arceaga Aguirre, conocido como “El Cande”, en 2016, debido a que estuvo en el sitio de los hechos con un vehículo que no estaba comisionado y fuera de su jurisdicción, indicando que pertenecía al Grupo Antisecuestros. González comentó que lo presentó para declarar y esto provocó la molestia de un sector, lo que derivó en las acusaciones en su contra a través de mantas.
Referente a los otros homicidios sin respuesta, o puede descartar el tema del narcotráfico, pero tampoco hay información en las carpetas que puedan confirmarlo y culpó al hermetismo o desconocimiento de las familias en cada hecho.
“Es muy común que la familia no nos diga nada”, a veces el círculo cercano de las víctimas no recibe información sobre ciertos aspectos de la vida de los policías, complementó el fiscal.
Asimismo, consideró que durante esta administración no ha habido un involucramiento del crimen organizado en los asesinatos de policías como se dio en anteriores, o por lo menos no existen pistas sobre ello.
Consideró que en algunos casos se han dado asesinatos debido a que los uniformados se niegan a participar en actividades criminales y los delincuentes responden de forma violenta. Bajo su óptica, ese sería el tema por lo que el crimen organizado termina con la vida de los oficiales. Sin embargo, no precisó si en algún caso hubo un aviso previo a sus superiores.
Sobre esto, el presidente de la Fraternidad Policíaca agregó que no hay datos concretos sobre los asesinatos de policías. Casos como el de los uniformados Ismael Batalla Hernández y Daniel Samaniego Félix permanecen impunes, pese a que se encontraban en horario laboral y en zonas muy concurridas de Mexicali.
“En algunos casos (los) han atacado cuando ellos están en sus unidades, entonces sí hay una afrenta, no solo contra el corporativo, sino contra la sociedad”, afirmó el jefe policíaco para luego aseverar que deben ser resueltos para brindar certeza a la ciudadanía.
El martirio de la familia Batalla Hernández
El 11 de octubre de 2016, el oficial Ismael Batalla Hernández, originario de Veracruz, inició su turno nocturno como agente de tránsito en los alrededores de la zona hotelera en Mexicali.
Como cualquier día se preparó y salió a la calle a bordo de su patrulla. Abandonó la comandancia en solitario, aunque el reporte indica que viajaba con un compañero, según el abogado de la familia Víctor Hugo Medina.
Se prolongó la noche y la madrugada de ese martes detuvo al conductor de un vehículo Mitsusbishi Lancer de color blanco, sin placas de circulación, cuando transitaba sobre la Calzada Francisco L. Montejano, con rumbo al sur. Batalla lo detuvo por falta de placas y, cuando realizaba la infracción, un vehículo Toyota Camry de color blanco, que circulaba en sentido contrario, abrió fuego en su contra.
Varios disparos de un arma calibre .9 milímetros encontraron destino en el agente, quien sufrió perforaciones en cuello, espalda y brazo, mismas que lo dejaron gravemente herido; la persona a la que infraccionaba también recibió un tiro a la altura de la pierna.
Tras prácticamente un mes, Batalla Hernández falleció en las instalaciones de la Clínica 30 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde según sus familiares, “se pudrió vivo”.
El oficial Batalla es uno de los siete agentes asesinados durante esta administración en Mexicali, y uno de los cuatro que no han obtenido justicia.
El abogado Víctor Hugo Medina reclamó a las autoridades que tras casi un año del suceso, no hayan dado información sobre el asesinato a la familia y descalificó que hasta el momento tengan cinco posibles móviles del atentado, pero en ninguno han avanzado.
“Si fue el narco o un tema sentimental, la familia necesita la verdad”, sentenció el penalista, quien subraya varias irregularidades en este crimen, desde las inconsistencias en el llenado de formas de la Policía Municipal, hasta el hecho que no solicitaron las cámaras de vigilancia de algunos negocios hasta un mes después del atentado. Sin embargo, para ese momento las cintas habían sido borradas y fue imposible recuperar muchas grabaciones con mejores ángulos.
Los más afectados son los familiares del uniformado. Su hermana, Rosario Batalla Hernández, reclamó a las autoridades porque, considera, dejaron solo a Ismael, pues no les han dado información sobre los responsables y nunca lo visitaron.
De hecho, por “órdenes superiores” les complicaron las visitas a la habitación del agente lesionado, quien desde el ataque no volvió a hablar, por lo que tenía que abrir o cerrar los ojos para comunicarse.
“Hablé con mis hermanos, él está inmóvil, el brazo le apestaba muy feo, él apestaba, él se estaba pudriendo en vida, mi mamá antes de todo dijo que ya no quería entrar, lo siento, ustedes entren, y nos turnábamos y ellos hasta ahorita, ninguna autoridad nos ha dicho nada; no entiendo qué pasa, ni qué ocultan”, manifestó la familiar. Agregó que los jefes y el alcalde le hicieron honores a su hermano, pero no volvieron a aparecer.
Referente al móvil de la agresión, la señora Batalla, con 32 años viviendo en Mexicali, criticó que a su hijo lo acusen de un tema “sentimental”, pues hasta donde tuvieron conocimiento, Ismael se había portado bien y no tenía problemas, “solo ellos saben por qué dijeron eso”, afirmando que se enteraron de estas hipótesis a través de los medios y, ante la falta de información, ha tenido dificultades para conciliar el sueño, pues teme que pudieran continuar atentando contra sus familiares.
“Lo querían matar, él no falleció, tantos balazos, le destrozaron la columna, el brazo, era una pestilencia, no sé si haya olido como huele una carne podrida…”, declaró en referencia a la descomposición del brazo de su hermano, pese a que se encontraba en un hospital.
Entre un llanto contenido, recordó que cuando va a la carnicería de su madre sufre mucho, pues el olor proveniente del negocio es el mismo que percibió cuando su consanguíneo estuvo internado.
Para empeorar la situación, el deceso de Batalla ha provocado un pleito legal entre la familia y la última pareja sentimental, de nombre Brenda Martínez, pues reclamó que tanto la pensión como las aportaciones de la Fraternidad Policíaca se encuentran en el aire.
Antonio Navarrete Castillo destalló que el Ayuntamiento de Mexicali no se hizo cargo de los gastos funerarios de Ismael, pese a que por Ley era su responsabilidad, por lo que tuvieron que salir a cubrir los pagos.
Aunque reconoció que la situación con el Ayuntamiento es diferente hoy en día, pues tanto el actual alcalde, Gustavo Sánchez, como el director Ulises Méndez, mantienen una disposición a trabajar con ellos, prevalece un adeudo de 3 millones de pesos de la pasada administración, la cual mostró un rechazo tajante hacia la asociación mutualista y sus integrantes (alrededor de mil 400).
Los 25 policías asesinados
Pese a que varios homicidios ocurrieron en periodos muy breves de tiempo e incluso en zonas cercanas, para el subprocurador José María González, no existe relación en ninguno y tampoco hay información que establezca que policías o ex policías estén detrás de los crímenes.
De los 25 policías, 19 son municipales, tres ministeriales y el resto de la Policía Comercial. Tijuana encabeza la lista con 12 asesinatos, seguido de Mexicali con siete, Tecate con tres, Ensenada con dos y Rosarito con uno, según información de la Policía Ministerial del Estado.
La lista es la siguiente:
Sandra Carrillo Moreno. Abatida el 13 de febrero de 2014 en el Valle de Mexicali, durante un asalto donde los delincuentes se apoderaron de medio millón de pesos, propiedad de la Secretaría de Desarrollo Social.
Jonathan Sánchez Castillo. Asesinado el 2 de mayo de 2014 en Mexicali, cuando comía en una taquería ubicada sobre el bulevar Castellón. Sánchez Castillo. Fue despedido tras estar involucrado en la muerte del policía ministerial David Castañeda Salas; ese año había sido reinstalado.
José Guadalupe Aguilar. Perdió la vida el 19 de agosto en Tijuana. Delincuentes le dispararon en el Bulevar 2000, cuando intentaba cumplimentar una orden de aprehensión.
Ramón Guadalupe Alvarado Brizuela. Pereció el primero de febrero de 2015 en Tecate. Ingresaba a su casa cuando criminales le dispararon.
Juan Gualberto Jáuregui Ruvalcaba. Acribillado el 20 de mayo de 2015 en Tijuana. Supuestamente su esposa estuvo involucrada en el ataque.
Carlos Domínguez Murillo. Acaecido el 3 de junio de 2015 en el Parque Independencia de Tijuana. Dos individuos se le acercaron y uno le disparó a corta distancia.
Carlos Fabián Torres García. Murió tras intervenir a dos ladrones en los alrededores del Ejido Puebla el 26 de junio de 2015 en Mexicali. Había sido detenido meses antes por la Policía Estatal Preventiva, por llevar armas de fuego que no eran de cargo.
Rosalino Pascual Jiménez. Asesinado con arma AK-47 el primero de noviembre de 2015 en el fraccionamiento Vistas del Valle en Mexicali. Madre e hijo perpetraron el crimen.
José Iván Hernández Contreras. Abatido el 26 de noviembre de 2015 en la colonia Sánchez Taboada de Tijuana, por criminales a bordo de una camioneta que dispararon y huyeron; la unidad fue abandonada en un Calimax.
Víctor Manuel Inzunza Luna. Acribillado el 27 de noviembre de 2015 en la colonia Mariano Matamoros en Tijuana, cuando se encontraba con su compañera. Se vinculó a los agresores como miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Fidel Armas García. Atacado a balazos cuando se encontraba en una gasolinera el 30 de noviembre en Tijuana 2015. Era escolta de un empresario.
Carlos Calderón Gutiérrez. Asesinado en la delegación La Mesa de Tijuana el 17 de junio de 2016. Fue escolta de Patricia Sida, ex directora de la Policía Municipal.
José Ángel Alvarez Portillo. Delincuentes lo mataron afuera del bar La Oficina el 3 de agosto de 2016 en el Valle de Mexicali. Se presume un asunto personal.
* Luis Armando Martínez Escobar. Lo atacaron con un AR-15 el 24 de septiembre de 2016 en la Zona Norte de Tijuana. Dos compañeros también resultaron lesionados.
Carlo Ismael Batalla Hernández. Abatido la madrugada del 11 de octubre de 2016 en el fraccionamiento Residencias de Mexicali. Desconocidos lo ultimaron cuando infraccionaba a una persona.
Eduardo Casas Morales. Policía auxiliar que falleció en la delegación La Mesa de Tijuana el 22 de octubre 2016. Defendía a una mujer de su marido y éste le disparó.
Sergio Enrique Chavarría Solís. Comandante en Ensenada, emboscado el 30 de marzo de 2017 en la Carretera Transpeninsular. Iba acompañado por dos policías.
Abraham Flores Ramírez. Atacado el 8 de abril de 2017 en el Rancho Tecate, en el municipio del mismo Tecate. Cuatro balazos de calibre .223 terminaron con su vida.
Robin Nolasco Paz. Estaba suspendido y se encontraba a bordo de un taxi cuando el 12 de abril de 2017 fue sorprendido por criminales. Murió en Rosarito.
Rubén Sídney Robles de la Torre. Tenía licencia por motivos de salud y fue asesinado el 22 de abril de 2017 en Tijuana. Presumen un asunto de tránsito como principal móvil.
Jesús Enrique Andrade Lugo. Ultimado en la colonia Simón Bolívar de Tijuana el 19 de abril de 2017. Estuvo involucrado en el secuestro de un empresario en Rosarito.
Aarón Reyes Herrera. Asesinado el 3 de mayo cuando transitaba sobre la carretera Tecate-Ensenada en compañía de su esposa. Era subcomandante de la Policía de Tecate.
Antonio García García. Comandante de la Policía Municipal de Camalú, fue abatido el 7 de julio de 2017 en San Quintín, tras recibir múltiples disparos de arma de fuego.
José Luis Núñez López. Muerto a manos de un joven de 17 años el primero de agosto de 2017 en la colonia Jardines del Rubí en Tijuana.