Tras cuatro días de separación, Karen Flores, de 26 años de edad, .regresó junto con su hijo Jared Banderas, de 5 años, al departamento que compartía con su pareja sentimental Jesús Rodríguez Vázquez, apodado “El Huevo”, en la calle 5 de Febrero de la colonia Mariano Matamoros.
La pareja volvió a reunirse el 5 de julio, noche en que presuntamente ambos fueron quemados con un soplete por Rodríguez, quien se encuentra prófugo por su probable responsabilidad en el ilícito.
El día de su regreso se reanudaron las discusiones a gritos que eran comunes entre la pareja, según relataron ocupantes del resto de los departamentos. Esto era motivo de queja, por lo que la arrendadora había comunicado a los quejosos que tan pronto terminara el mes, les pediría abandonar el espacio.
“Cállate pendejo, tú no me estás manteniendo, yo te estoy dando de tragar”, aseguró una de las vecinas que fue uno de los gritos que Karen dirigió al padrastro de su hijo la tarde previa a los fatídicos acontecimientos. Los entrevistados manifestaron a ZETA que si bien los gritos se daban con bastante frecuencia, jamás supieron que llegarían a los golpes; uno de los testigos señaló haber presenciado cómo en alguna ocasión “El Huevo” arrojó un teléfono celular contra su pareja. Describieron a Rodríguez como un vecino cordial, a pesar de la agresividad que mostraba con su novia.
Sus vecinos afirmaron a ZETA que Rodríguez no trabajaba y que al parecer era consumidor de estupefacientes, situaciones sobre las cuales versaban las discusiones con Karen. Fue por esta situación que Flores había abandonado el departamento para irse a casa de su madre.
Alrededor de las 9:45 pm, los vecinos pudieron escuchar un golpe proveniente del departamento compartido por la pareja, señalando algunos de ellos que probablemente se trataba de la mina de la que presuntamente se valió Rodríguez para atacar a Flores y a su hijo Jared. Pocos minutos después pudieron percatarse de las llamas que salían del departamento, mientras que otros de los testigos afirmaron observar a Rodríguez huir de la escena y verlo doblar por la esquina de la calle.
Víctor Lagunas, gerente general del bar La Botana, ubicado en un centro comercial cercano, comentó a este Semanario que alrededor de las 10:00 pm fue avisado por un guardia de seguridad que desde el establecimiento podía percibirse cómo un departamento cercano comenzaba a incendiarse, por lo que le indicó llamar a Bomberos.
Cuando otro empleado señaló que vio cómo un niño envuelto en llamas salía del sitio del siniestro, fue que Lagunas decidió actuar, subiendo a seis de sus empleados en una camioneta, junto con los extintores del negocio. Fueron estos quienes lograron controlar el fuego, mientras que los vecinos de Flores la apoyaron metiendo a ella y a su hijo a sus regaderas para apagar las llamas que los quemaban.
Tan solo cinco minutos después de realizado el reporte, se presentaron unidades de Bomberos, cuyos paramédicos brindaron primeros auxilios a ambos lesionados, para después trasladarlos a la Clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
El menor Jared falleció al día siguiente de la agresión por las quemaduras de tercer grado presentadas en el 70 por ciento de su cuerpo. Flores, quien presenta quemaduras de segundo y tercer grado en el 80% de su cuerpo y que ponen en peligro su vida, logró ser estabilizada y trasladada vía ambulancia aérea al Centro Médico de Occidente en Guadalajara -que cuenta con Unidad de Quemados- el 11 de julio, lo que eleva las esperanzas de recuperación de la joven.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California informó a ZETA que no puede compartirse información respecto a la carpeta de investigación que está integrándose por este hecho delictivo. De ser llevado a juicio y condenado por el homicidio calificado del menor Jared, “El Huevo” podría enfrentar una pena de entre 20 y 50 años de prisión.
