I. El domingo pasado, llegó a estas calurosas tierras de Mexicali el Presidente Enrique Peña Nieto, con la finalidad de observar los avances en la construcción de la planta cervecera Constellation Brands, misma que ha sido objetada por un grupo de ciudadanos que afirman que dicha empresa absorberá una enorme cantidad de agua, disminuyendo el caudal que se emplea en la agricultura y el consumo humano, con el único objetivo de dar vida a una industria cervecera y al empleo de aproximadamente ochocientas personas.
II. Preguntas no contestadas: ¿Es cierto que ronda ese peligro para la ecología del campo mexicalense? ¿Por qué no se esclarece, sin lugar a dudas, si existe peligro o no para nuestra región, en cuanto a la agricultura y para el sustento de agua, líquido vital para la vida humana? Asimismo, nos preguntamos, si se cumplieron todos los requisitos para establecer una empresa de esa naturaleza, ¿por qué no aclarar con plena transparencia esta situación?
III. Nadie quiere, o al menos eso pienso yo, un enfrentamiento inútil con el gobierno, ni estar en lucha con el establecimiento de empresas que pueden generar empleos y con ello, desarrollo económico a la región mexicalense.
IV. No creo que el desalojo de cincuenta o sesenta personas, empleando la fuerza de más de cien agentes de la policía, con el costo de imagen y económico para el Gobierno del Estado, pueda considerarse como una política acertada en un momento en que la sociedad se encuentra irritada por los costos de la vida.
VI. ¿Por qué no acudir a la mediación o al arbitraje para resolver el problema hasta concluirlo? En lugar de dejarlo aparentemente concluido con el paso del tiempo, cuando eso no sucede y que acumula desavenencias entre ciudadanía y gobierno, rencores que no desaparecen y que, por el contrario, cada día incrementan el divorcio entre sociedad y autoridades, cuando debería de haber unidad entre éstas que están.
VI. Es cierto que el Estado es depositario de la fuerza, pero solo debe emplearse cuando el orden y la seguridad de la sociedad está en riesgo, solamente así podemos hablar de la fuerza legítima, emanada de un Estado de derecho. Cada acción del gobierno debe estar legitimada por la preponderancia de bienes jurídicos.
Seguramente, en el movimiento Mexicali Resiste, como en todos los movimientos, hay personas empujadas por intereses políticos y mezquinos o simplemente el ánimo de dar salida a resentimientos, o lastimados por hecho de ver cómo, quienes sirven al gobierno, desperdician el patrimonio colectivo, mientras los salarios son insuficientes y no permite recubrir las necesidades de muchas de las familias.
VII. En fin, como decía acertadamente uno de mis hijos, tal parece que las políticas públicas, por desacertadas, han sido elaboradas con el ánimo de separar al gobierno de los ciudadanos.
Nota: Hay quienes quieren ver al gobierno usando la mano dura para la represión de los movimientos sociales, considerando que es así como se justifica el Estado de derecho, sin embargo, el Estado de derecho (que hace justicia y proporciona seguridad a todos por igual, y no solo se defiende el interés de unos cuantos), debe ser, además de social (justicia en el reparto de la riqueza para todos), democrático (que en la toma de decisiones fundamentales, todos opinemos).
Arnoldo Castilla es abogado y catedrático de la UABC