GLa película es, más bien, otro episodio más, de Gru, Lucy, las niñas Agnes, Margo y Edith, y claro, los siempre simpáticos Minions. Lo único es que para hacer emocionante agregan a Dru a la historia, el hermano gemelo que Gru no sabía que existía.
Dirigida por el creador Pierre Coffin, además de Kyle Balda y Eric Guillon, esta nueva entrega de la exitosa serie de dibujos animados tiene todo lo que esperamos: un ingenioso sentido del humor, un buen trabajo de animación y personajes sólidos. Pero es más de lo mismo, lo cual, en este caso, no necesariamente significa que sea negativo.
Esta vez la odisea comienza cuando Gru es despedido de la Liga Anti-Villanos, mientras que Balthazar Bratt logra robar el diamante rosa más grande del mundo. Bratt fue una estrella infantil que buscar vengarse de Hollywood y, según él, le dio la espalda en cuanto creció.
Siempre bailoteando, con la música a todo volumen, este personaje no es cualquier villano, como Gru bien sabe, pero ahora cuenta con Dru, el hermano que nunca conoció y que, al encontrarse con él, descubre que su padre era un malvado sin rival. O sea que no lo hurtan, lo heredan.
Mientras tanto, tenemos a la pequeña Agnes tratando de encontrar un unicornio de verdad, a Lucy descubriendo los secretos de la maternidad y a los Minions metidos en toda clase de problemas, hasta que van a dar a la cárcel.
En realidad a los guionistas Cinco Paul y Ken Daurio no se les pudo haber ocurrido más para sacar adelante la tercera entrega de estos divertidos villanos, cuyo único problema parece ser lo repetitivo de sus hazañas, armamento y estrategias.
El aspecto más interesante aquí es ver cómo Dru y Gru se vuelven uno mismo, como buenos gemelos que son. Sin embargo, no debemos esperar mucho más que eso para un largometraje que se limita a utilizar todo aquello que ya funcionó en el pasado. Lo único que queda es esperar a que en el futuro próximo le encuentren otro camino a estos villanos que por ahora se han quedado donde mismo, cosa que no está mal, pero pues tampoco es un avance. ***
Punto final.- “Baby Driver” es toda una sorpresa. De verdad.