POLÍTICA BREVE Y DE EMERGENCIA
De nuevo la inseguridad es el tema de temas en la sociedad bajacaliforniana. Los asesinatos, los secuestros, los levantones, las extorsiones, los asaltos, los robos y hasta los accidentes de tránsito, logran estar en las primeras líneas de la información mediática y en los primeros comentarios de todos los ciudadanos.
La visita a la entidad de Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, y con él todo el gabinete federal de seguridad, es la respuesta política de presencia y deslinde ante las autoridades locales que demandando atención y presupuesto, reciben argumentos y estadísticas sobre el desempeño que con los recursos vigentes debieran suceder.
Y es que a pesar de que el gobierno del estado declare públicamente que gestionará mayores recursos económicos ante la federación y con ello quiera dar a entender que la falta de resultados en el combate a la presente ola criminal se debe a esa escasez, los ciudadanos en este tema están mucho más enterados y saben o sabemos que los recursos humanos y materiales son importantes en la tarea de la seguridad, pero lo verdaderamente importante es la coordinación y el mando.
Conforme se van registrando públicamente los eventos delictivos, crece la sensación de inseguridad y crece el ambiente de impunidad. Resultado, la sociedad tiene miedo y los maleantes salen a delinquir con confianza, y en el caso de Baja California los maleantes también llegan de muchas partes sumados a los flujos migratorios. Cualquier reconocimiento de debilidad en el sistema más que disculpa por ineficacia, es leña al fuego de la criminalidad.
La ciudadanía quiere y exige resultados, cada vez tienen menos sentido las explicaciones de los hechos cuando lo que se necesita es que los hechos no sucedan; ¿de qué sirve a las víctimas la explicación de que el sistema de justicia es ineficiente para contener y castigar a los culpables?; ¿verdaderamente trae justicia a las familias de los asesinados el saber que esa muerte se debió a una equivocación?; ¿es verdaderamente necesario que las víctimas desmientan el discurso oficial para reconocer la gravedad del daño social que se está gestando?
Enredar en la maraña de la política los asuntos de la seguridad pública es un camino sumamente peligroso, tanto como poner en peligro la vida y los bienes de los ciudadanos.La carta de la desatención por diferencias partidistas no se puede jugar cuando se ha puesto siempre por delante la presunción de la relación deferente y cercana.
Muy difícil encontrar en el gabinete de seguridad federal apoyo y gestión, confrontando pública y políticamente al Secretario de Gobernación; está equivocada la estrategia estatal para lograr coordinación e incrementar la capacidad de contención de la criminalidad. Mientras el país se debate entre si debe o no existir el mando único en las acciones de seguridad y procuración de justicia, aquí en BC, donde antes éramos ejemplo de resultados por esa vía, lo que es evidente es que ya no hay coordinación ni siquiera política, entre gobiernos.
QUE LA HISTORIA LO REGISTRE
La piedra angular en los grupos de coordinación para la seguridad del Estado es la responsabilidad y mando; fundamental la presencia física de los responsables de cada instancia y área involucrada. Ahora en BC, esa responsabilidad a menudo es delegada en los 3ro’s y 4to’s mandos, ya hay otras prioridades.
BOTÓN ROJO
¡En materia de seguridad, es la hora de los ciudadanos!